Ginebra, considerada ciudad de la paz y de los derechos humanos, se prepara a toda máquina para acoger la cumbre entre los presidentes de EE.UU., Joe Biden, y de Rusia, Vladimir Putin, que requerirá un enorme despliegue de seguridad y medidas sanitarias para evitar cualquier riesgo vinculado a la covid-19.

La ciudad suiza, sede de decenas de agencias de Naciones Unidas y oenegés, está acostumbrada a acoger grandes eventos multilaterales, aunque desde hace más de un año esa actividad ha quedado casi paralizada por la pandemia, por lo que la cumbre Biden-Putin marca su regreso a la alta diplomacia.