El espacio es un lugar que se encuentra en constante cambio. Pero, para notarlo, es necesario dar un vistazo desde la lejanía, de forma que podamos observar en perspectiva los procesos que se dan en él a lo largo de miles de millones de años. Uno de los ejemplos más nuevos de ello es la estrella cuya explosión podría enviar a cuatro de los exoplanetas de su sistema a flotar por el cosmos.

La investigación que ha sugerido tal posibilidad se publicó recientemente en la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Detrás de ella estuvieron los autores Dimitri Veras y Sasha Hinkley.

 “Equilibrio perfecto”

Sus conclusiones se basaron en los datos que pudieron obtener del sistema de cinco exoplanetas y una estrella conocido como HR 8799. Según se sabe, cada uno de los planetas de que lo conforman tiene más de cinco veces la masa de Júpiter.

Por ahora, sabemos que se encuentra a más de 135 años luz de la Tierra, en la constelación Pegaso. Asimismo, también tenemos claro que su estrella ronda los 30 y 40 millones de años de edad.

Hasta los momentos, cada planeta orbita la estrella en un delicado equilibrio que evita que choquen entre sí, a pesar de su gran volumen y cercanía. Ahora, gracias a las nuevas investigaciones, vemos cómo dicha estabilidad está destinada a romperse una vez la estrella haga explosión y convierta a cuatro de sus planetas en bolas de pinball espaciales.

Son tan grandes y tan cerca el uno del otro, lo único que los mantiene en este ritmo perfecto en este momento es la ubicación de sus órbitas. (…) Las cuatro están conectadas en esta cadena. Tan pronto como la estrella pierda masa, sus ubicaciones se desviarán, luego dos de ellas se dispersarán, provocando una reacción en cadena entre las cuatro”, comentó Vera.

Cuatro de los exoplanetas que orbitan a la estrella se precipitarán al espacio luego de su explosión

Exoplaneta muy cerca de su estrella.

Afortunadamente, el gran final del sistema HR 8799 no está cerca. Según los datos analizados por el par de investigadores, la muerte de su estrella no debería darse hasta por lo menos 3 mil millones de años.

Sin embargo, una vez el evento ocurra, no habrá algún lugar al que los planetas puedan “huir”. Actualmente, sus orbitas casi perfectamente sincronizadas les permiten girar alrededor de su estrella sin interrumpirse mutuamente.

Dicho equilibrio entre exoplanetas se verá destruido cuando la estrella llegue al final de su vida y haga explosión. En ese momento, su volumen aumentará y se convertirá en una gigante roja. Para entonces, el impulso de sus ondas afectará las órbitas de los planetas y hará que choquen entre sí.

Como consecuencia, se destruirán entre sí y, luego, sus partes podrían terminar flotando en el espacio lejos de la estrella que, al final, perderá volumen de nuevo y se transformará en una enana blanca. Según parece, la pérdida de fuerza gravitacional de tal situación podría hacer que un exoplaneta entero termine fuera del sistema HR 8799.

Los planetas se dispersarán gravitacionalmente entre sí. (…) En un caso, el planeta más interno podría ser expulsado del sistema. O, en otro caso, el tercer planeta podría ser expulsado. O el segundo y el cuarto planetas podrían cambiar de posición. Cualquier combinación es posible con pequeños ajustes”, explicó Veras, autor principal.