Varias organizaciones internacionales de derechos humanos, incluida Amnistía Internacional, han denunciado el acoso de parte del Estado cubano a un grupo de activistas en La Habana que dicen haber iniciado una huelga de hambre en protesta contra las restricciones a la libertad de expresión.

El Movimiento San Isidro, un grupo de artistas, periodistas y académicos, ha tenido numerosos enfrentamientos con las autoridades comunistas en los últimos años mientras pone a prueba y protesta contra los límites a la libertad de expresión en el estado de partido único.

Miembros y aliados dicen que han sido detenidos varias veces por protestar pacíficamente por el arresto la semana pasada del rapero Denis Solís y su sentencia a ocho meses de prisión por lo que las autoridades dijeron que fue “desacato”.

Solís acusó a un oficial de policía de invadir su casa, calificando al oficial de “cobarde” y “rata” en una confrontación verbal que transmitió en vivo en Facebook, e insultó al ex presidente cubano Raúl Castro.

Por su parte, las cuatro principales organizaciones opositoras cubanas manifestaron su apoyo a la protesta del Movimiento San Isidro. “Ya somos 25 miembros de Unpacu y promotores de Cubadecide en ayuno solidario con el Movimiento San Isidro”, dijo desde Santiago de Cuba en su cuenta de Twitter el expreso político José Daniel Ferrer, quien encabeza la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu).

Cubadecide es el movimiento que preside desde Estados Unidos, donde reside, Rosa María Payá, hija del fallecido líder disidente Oswaldo Payá Sardiñas.

Organizaciones disidentes moderadas, agrupadas en la Mesa de Unidad de Acción Democrática, también expresaron este sábado “su más cerrado apoyo”.

“San Isidro protesta y se sacrifica por todos y todas”, afirmó la Mesa. “Estamos en solidaridad con los hermanos de lucha que se encuentran en la calle San Isidro”, dijo la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler.

Seis activistas dicen que iniciaron una huelga de hambre la semana pasada después de que las autoridades asediaran su sede. Reuters no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones.

Al menos dos patrullas de la policía y más de una decena de funcionarios bloqueaban el acceso a la oficina del Movimiento San Isidro. Un hombre que se identificó como Jorge Gómez y dijo que trabajaba para las autoridades de salud pública señaló que el acceso estaba restringido debido a un brote de coronavirus.

Los reclamos suscitaron el apoyo de autoridades estadounidenses como el encargado de Negocios de Washington en Cuba, Tim Zúñiga-Brown, quien valoró en un tuit que “el mundo está mirando, la comunidad internacional reconoce su protesta pacífica”.

“El régimen debe poner fin a este total desprecio por los derechos humanos”, tuiteó el subsecretario de Estado norteamericano, Michael Kozak.

El gobierno cubano no reconoce legalmente ningún movimiento opositor y los considera “mercenarios” al servicio de Estados Unidos.

La oficialista Agencia Cubana del Rap reaccionó desconociendo a Solis como artista y condenando la manipulación del caso. “Ante tales evidencias de burda manipulación política, la Agencia Cubana de Rap repudia esta maniobra, de evidente signo injerencista, y deja claro que el ciudadano Denis Solís no es representativo del rap cubano”, dijo.

Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, subrayó que “las autoridades pueden seguir acosando, intimidando, deteniendo y criminalizando a artistas y pensadores alternativos, pero no puede mantener sus mentes en la cárcel”, según un comunicado de la organización.

Entre los jóvenes que protestan se encuentra Luis Manuel Otero Alcántara, encarcelado en marzo durante 12 días por utilizarla bandera cubana en una controvertida performance.