Por la vida y todo cuanto

Tenemos hoy día tú y yo,

Por las flores y su encanto

Démosle gracias a Dios.

Por los mares y los ríos

Que el cielo nos regaló,

Por el calor, por el frio

Démosle gracias a Dios.

Por la linda primavera

Y el verano que nos dio,

Por el sol allá en su esfera

Démosle gracias a Dios.

Por la salud que hoy gozamos

Porque así él lo permitió,

Por la familia que amamos

Démosle gracias a Dios.

Por los padres tan queridos

Que el Señor nos concedió,

Por habernos redimido

Démosle gracias a Dios.

Por darnos tanto cariño

Démosle gracias tú y yo,

Por su corazón armiño

Démosle gracias a Dios.

Por dejarnos la promesa

Que un Dia volverá por nos,

Por el mundo y su belleza

Démosle gracias a Dios.

Por el hogar y familia

Que en Edén se instituyó,

Por Jesús y por la Biblia

Démosle gracias a Dios.

Por la gloria asegurarnos

Cuando en la cruz expiró,

Porque volverá a buscarnos

Démosle gracias a Dios.

Por extendernos la mano

Cuando en mil penas nos vio,

Por la Iglesia y los hermanos

Démosle gracias a Dios.

Por lo que entender podemos,

Y también por lo que no,

Por todo lo que tenemos

Démosle gracias a Dios.

Por permitirnos oír

De su Espíritu la voz,

Por querernos redimir

Démosle gracias a Dios.

Escribí este poema porque con demasiada frecuencia veo que los seres humanos nos damos demasiado crédito a nosotros mismos por lo que logramos, y muy pocas veces reconocemos que es Dios quien nos ayuda y nos permite obtener los logros que alcanzamos en la vida.

Muy pocas veces decimos: Gracias Señor, muchas gracias por tu cuidado y dirección en la vida. Halagamos y exaltamos al hombre, al genio humano, pero raras veces damos a Dios la gloria y la honra que merece por todo lo que hace por nosotros cada momento y hora.

Al ver la ingratitud humana hacia Dios aun entre los que decimos ser cristianos, por eso decidí redactar este poema, para ver si de alguna manera las personas que lo lean puedan ser beneficiados espiritualmente hablando y reconozcan y recuerden las palabras de Jesus cuando dijo: Porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5.