Hace unas semanas, el gobierno de Polonia promulgó la prohibición casi total del aborto, incluyendo en casos de malformación del feto. Las calles se inundaron con protestas en contra, como ya venía sucediendo meses atrás.

Una de las líderes del movimiento, la activista Marta Lempart, junto con las integrantes del Movimiento Huelga de Mujeres, trataron de frenar la medida que complicó aún más acceso a la interrupción voluntaria del embarazo en Polonia. Sin embargo, el gobierno no dio marcha atrás y ahora quiere encarcelar la activista.

Las acusaciones que recaen sobre ella van desde que insultó a la policía a que puso en peligro la vida de terceros. La justicia de Polonia considera que generó un «peligro epidemiológico» por convocar a protestas durante la pandemia. Aleksandra Skrzyniarz, vocera de la fiscalía regional de Varsovia, lo confirmaba así ayer.

«Ilegalizar el aborto no previene el aborto ni reduce las tasas de aborto. Por el contrario, no sirve más que para poner la salud de la mujer en peligro al fomentar los abortos clandestino»

También puede ser juzgada por «haber elogiado» los ataques a las iglesias en una entrevista que dio para una radio, según las acusaciones. Lempart negó todos los cargos en su contra y por ahora se mantiene en libertad.

Todavía no se sabe cuándo comenzará el proceso judicial contra la activista. Mientras tanto, continuará su cruzada contra el gobierno polaco para poder revertir la situación de la interrupción del embarazo en su país.

La Unión Europea ha reiterado su rechazo a la ley antiaborto en Polonia por violar los derechos humanos. Mientras, el gobierno polaco se dedica a proponer «espacios para llorar» para aquellas mujeres que estén obligadas a dar a luz.

LAS PROTESTAS PARA GARANTIZAR EL ABORTO EN POLONIA

Cuando el pasado 22 de octubre el tribunal constitucional de Polonia decidió declarar inconstitucional el aborto en el supuesto de malformación del feto, cientos de miles de personas salieron a las calles para manifestarse contra lo ocurrido. Este es el motivo de la inmensa mayoría de mujeres para abortar en Polonia.

Con esta decisión se endureció una de las leyes nacionales más restrictivas de Europa sobre el aborto. La mayoría de los países cuentan con aborto legal a petición o demanda de la persona gestante durante cierto periodo de gestación.

En varias ocasiones en las que se manifestó, Lempart señaló que estas nuevas restricciones se deben a la ausencia de independencia judicial y que el fallo del tribunal constitucional no es legítimo.

En una entrevista detalló que la Unión Europea ya abrió cuatro expedientes contra el gobierno de Polonia por socavar la independencia judicial en los últimos tres años. Sin embargo, el parlamento europeo retiró su apoyo a las mujeres una vez que se confirmó el fallo.

PROTESTAS DEL MOVIMIENTO LGBT EN APOYO A LA LEGALIZACIÓN DEL ABORTO EN POLONIA.

La activista consideró que la ley en Polonia debe ser más fuerte que un fallo. En este sentido, dijo que «lo que se necesitará para revertir el fallo es que los médicos del sistema de salud pública realicen abortos. Que continúen realizándolos como hasta ahora según está en la ley. No reconocemos esta norma porque es ilegal».

¿ES POSIBLE INTERRUMPIR UN EMBARAZO EN POLONIA?

Ahora,  en Polonia sólo es posible abortar en caso de violación o incesto, o cuando la vida de la madre corre en peligro. La prohibición en caso de malformación del feto deja un panorama desolador para las mujeres, porque el 98% de los mil 100 abortos legales practicados en 2019 en Polonia fueron por malformación fetal, según el ministerio de salud polaco. El 2% restante corresponde a las actuales causales que sí se permiten.

Así, esta medida restringe aún más que una persona gestante pueda acceder a la interrupción voluntaria de un embarazo. Además, convierte a Polonia en el país que fue el primero en legalizar el aborto por violación en Europa (1932) a tener una de las legislaciones más restrictivas del continente en la actualidad.

Organismos internacionales como Amnistía Internacional (AI) criticaron esta medida contra los derechos humanos reproductivos. Esther Major, asesora general de investigación en AI, dijo: “Esta peligrosa sentencia es la más reciente de una oleada coordinada y sistemática de ataques contra los derechos humanos de las mujeres por parte de los órganos legislativos polacos. Ilegalizar el aborto no previene el aborto ni reduce las tasas de aborto. Por el contrario, no sirve más que para poner la salud de la mujer en peligro al fomentar los abortos clandestino».