Las protestas celebradas en varias ciudades de Brasil este viernes 20-N denunciaron el brutal asesinato de un hombre negro a manos de dos guardias de seguridad en un supermercado, un episodio comparado con el del estadounidense George Floyd.

El soldador Joao Alberto Silveira Freitas, de 40 años, murió la noche del jueves tras recibir una paliza de dos vigilantes de un mercado de la red Carrefour, localizado en la sureña ciudad de Porto Alegre, en vísperas del Día de la Conciencia Negra, celebrado hoy y que marca la lucha por los derechos de los negros en Brasil.

Las brutales agresiones, capturadas en fotos y videos que fueron extensivamente difundidos en las redes sociales, provocaron un aluvión de críticas y conmocionaron a los brasileños.

Sin embargo, el Gobierno del país, a través de su vicepresidente Hamilton Mourao, negó que se trate de un caso de racismo y afirmó que en Brasil «no existe» la discriminación racial.

Para mostrar su repudio, pequeños grupos de manifestantes salieron a las calles en diversas ciudades, como Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte y Porto Alegre.

En la capital paulista, centenares de personas se concentraron a las puertas del Museo de Sao Paulo (MASP), en la céntrica avenida Paulista, desde donde marcharon hasta una de las tiendas de Carrefour en la región.

«La demanda de la población negra es urgente. La deshumanización del pueblo negro en Brasil es evidente», por eso «tenemos que salir a las calles, para dar visibilidad a nuestras luchas», dijo a Efe Alexandra Tulani, de 38 años.

«Queremos tener el derecho de existir. No queremos salir en la calle y sufrir violencia policial. Ayer un hombre negro fue muerto en un supermercado. Eso tiene que acabar y tiene que acabar ya», completó.

El eslogan  La carne más barata del mercado es negra, inmortalizado en una canción de Elza Soares -una de las sambistas octogenarias más respetadas de Brasil- inundó las redes sociales y se convirtió en la consigna de las protestas de este viernes.

«Es un genocidio de mis hermanos, de mis hermanas, de la población negra. Eso tiene que acabar. Estamos hartos de la muerte. Quien muere es negro, quien es asesinado es negro, la policía mata negro, la sociedad vive inmersa en un racismo estructural», dijo a Efe Bruna Rodrigues.

Mientras marchaban por las calles paulistas, los manifestantes sostenían además pancartas en las que se leía «Justicia por Joao Alberto» o «Carrefour tiene las manos sucias de sangre negra».

La marcha transcurrió sin incidentes, excepto por un pequeño grupo que vandalizó un Carrefour situado en la calle Pamplona, junto a la céntrica avenida Paulista. Este grupúsculo fue incluso reprendido por el grueso de los manifestantes.

Ya en Río de Janeiro, centenares de personas irrumpieron en un mercado de Carrefour en el barrio de la Barra da Tijuca bajo gritos de «asesinos» y «racistas no pasarán», donde llenaron los carritos de compra para impedir que la tienda siguiera funcionando normalmente.

«Es un acto de resistencia, pero estamos cansados de ser resistencia. Solo queremos la oportunidad de poder vivir», declaró a Efe el artista Ricardo Fernandes, de 31 años.

El bárbaro ataque a Joao Alberto fue comparado a la muerte de George Floyd, que murió en mayo pasado a manos de un policía blanco y que ha desatado una ola de furia y protestas antirracistas en todo Estados Unidos,  que se extendió a varios países de Europa.

En videos y fotos que circulan en las redes, es posible ver cuando los dos vigilantes sostienen a la víctima y le proporcionan reiterados golpes, patadas y estrangulaciones.

Asimismo, se puede escuchar los gritos por ayuda del hombre, así como cuando dice que no puede respirar.

Preguntado sobre el caso, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, lamentó la muerte de Joao Alberto, pero afirmó que no se trata de un episodio de discriminación racial porque «en Brasil no existe racismo».

«Para mí, en Brasil no existe racismo. Eso es una cosa que quieren importar, eso no existe aquí. Yo te digo con toda tranquilidad, no hay racismo», declaró Mourao a los periodistas.

Sin embargo, tras los hechos salir a la luz, diversos políticos, autoridades, instituciones y personalidades condenaron el «racismo estructural» que impera en Brasil.

«Nos encontramos con escenas de violencia extrema que dejan todos indignados por el exceso de violencia, que llevó a la muerte de un ciudadano negro en un supermercado», expresó el centro-derechista Eduardo Leite, gobernador del estado de Rio Grande do Sul y del cual Porto Alegre es la capital regional.

El líder del Senado, Davi Alcolumbre, destacó que el brutal asesinato «evidencia la necesidad de luchar contra el terrible racismo estructural que corroe la sociedad».

Por su parte, el presidente del Supremo Tribunal Federal, Luiz Fux, recalcó que «toda violencia es desmedida y debe ser eliminada de la sociedad».

Pese a la furia de la población y la intensa repercusión durante todo el día, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, no se ha manifestado sobre el caso hasta el momento.