Los ejercicios de entrenamiento militar en los que los soldados beben sangre de serpiente y comen animales vivos podrían desencadenar en una nueva pandemia, advirtió esta semana el grupo de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA).

Miles de militares de distintos países del mundo participan cada año en las maniobras conjuntas Cobra Gold que se realizan en Tailandia. Los ejercicios incluyen un curso de supervivencia, donde los instructores enseñan a los soldados cómo alimentarse en condiciones extremas, extrayendo el veneno de escorpiones y tarántulas para poder consumirlos, e incluso, atrapando cobras, para beber su sangre.

PETA ha enviado una carta al secretario de Estado para la Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, instando a que exija a los organizadores de estas prácticas que «reemplacen permanentemente» el uso de animales vivos por otro tipo de métodos «más efectivos y éticos».

«El uso de animales vivos durante Cobra Gold plantea un riesgo de propagación de enfermedades zoonóticas similares al covid-19, poniendo en peligro a las tropas y al público en general», explica la organización, recordando que el 75 % de las enfermedades infecciosas emergentes que afectan a las personas comenzaron como padecimientos en animales.

Además de condenar la matanza «ritualista» y «bárbara», la organización también subraya que la práctica contribuye a la extinción de las especies. «La brutal matanza de animales durante este simulacro anual no solo pone en peligro la salud pública y pone en peligro a las especies vulnerables a la extinción, incluida la cobra real, sino que también deshonra a nuestras tropas», señaló la directora de políticas científicas de PETA, Julia Baines.

Al respecto, desde el Ministerio de Defensa británico aseguraron que en los ejercicios Cobra Gold solo han participado «un pequeño número de planificadores militares» y que ningún soldado ha estado involucrado en este tipo de entrenamientos.