La estrella del tenis Novak Djokovic se enfrenta a una posible deportación de Australia después de que el ministro de inmigración del país decidiera cancelar su visado por segunda vez este viernes.

La decisión es el último giro episodio que ha acaparado los titulares de todo el mundo y se ha convertido en un punto álgido en el debate sobre los mandatos de vacunación contra el COVID-19. La decisión podría poner fin al intento del serbio de conseguir su vigésimo primer título importante en el Abierto de Australia, que comienza el lunes.

Los abogados de Djokovic apelarán a los tribunales para solicitar una orden judicial que impida que se le obligue a abandonar el país. Si no lo consiguen, no podrá volver a solicitar un visado australiano durante tres años.

En una decisión que probablemente tendrá amplias consecuencias deportivas y diplomáticas, el ministro de Inmigración, Alex Hawke, señaló en un comunicado el viernes que había utilizado sus poderes discrecionales para cancelar de nuevo el visado “sobre la base de que era de interés público hacerlo”.

El Gobierno está “firmemente comprometido con la protección de las fronteras de Australia, especialmente en relación con la pandemia del coronavirus”, añadió Hawke.

A Djokovic, de 34 años, se le restableció el visado australiano a principios de esta semana por un juez que ordenó que fuera liberado de la detención de inmigrantes.