Estados Unidos anunció el lunes que levantará el 1 de noviembre, para las personas vacunadas, las restricciones vigentes desde marzo de 2020 a los viajes internacionales y que molestaban a sus socios, especialmente a los europeos.

Además de presentar una prueba de vacunación contra el covid, quienes viajen a Estados Unidos deberán hacerse un test en los tres días previos a embarcar y portar mascarilla durante el viaje, dijo Jeff Zients, coordinador de la lucha contra la pandemia en la Casa Blanca, destacó AFP.
De momento, la Casa Blanca no precisó qué vacunas serán admitidas para ingresar a Estados Unidos.

Thierry Breton, comisario europeo para el mercado interno, dijo que la nueva orden abarca a las vacunas reconocidas por la agencia farmacéutica estadounidense (FDA). Esa vacunas son las Pfizer/BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson (Janssen).

La FDA no ha aprobado la vacuna de AstraZeneca, utilizada por muchas naciones europeas, pero Breton dijo que habló con Zients y percibió señales esperanzadoras.

Zients «me dijo que para las otras vacunas, especialmente la AstraZeneca, será su agencia de salud la que decidirá, pero tenía un aire positivo y optimista», dijo Bretton. 

La Comisión Europea también se congratuló por el anuncio estadounidense por considerarlo «una medida largamente esperada por familias y amigos distanciados» e indicó que, además, es «una buena noticia para las empresas».

El grupo franco-holandés Air France-KLM calificó de «formidable» la noticia. Los vuelos transatlánticos son una sustancial parte de los ingresos del grupo.

Las federaciones Aerolíneas para América y Aerolíneas para Europa «aplaudieron» el anuncio.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos dijo que la decisión ayudará a una «recuperación robusta y duradera de la economía estadounidense».

La flexibilización de las restricciones de viaje impuestas en marzo de 2020 por Donald Trump cuando estalló la pandemia de coronavirus responde a una demanda de los aliados europeos en un momento de tensas relaciones diplomáticas.

Actualmente, solo los ciudadanos estadounidenses, residentes y extranjeros con visas especiales pueden ingresar a Estados Unidos desde la mayoría de los países europeos.

Se mantendrán, no obstante, numerosas salvaguardias para evitar la propagación del virus, que ya mató a más de 670.000 estadounidenses, y que aumenta debido a la altamente contagiosa variante delta.

Habrán de mantenerse las restricciones al movimiento de vehículos desde Canadá y México. «No tenemos actualizaciones sobre las políticas de fronteras terrestres», aclaró.

Los estadounidenses que no estén inmunizados podrán ingresar solo si exhiben una prueba negativa realizada dentro de las 24 horas previas.

Las mascarillas serán obligatorias en los vuelos con destino a Estados Unidos y las aerolíneas proporcionarán a las autoridades sanitarias del país información para rastreo de contactos.

«Este nuevo sistema sigue las recomendaciones de la ciencia para mantener seguros los viajes aéreos internacionales de los estadounidenses», dijo Zients.

Si bien se esperaba que Biden reabriera las fronteras para la Unión Europea (UE) y Reino Unido, el anuncio abarca a todo el mundo.

Los países europeos estaban disgustados por haber abierto sus fronteras a los estadounidenses vacunados pero no tenían reciprocidad. Tanto Alemania como Reino Unido se congratularon por la medida.

La decisión de Washington se produce en vísperas del discurso de Biden ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde la pandemia será el tema principal.

También se produce en momentos en que Washington y París discuten amargamente por el repentino anuncio de Australia de que adquirirá submarinos nucleares estadounidenses, abandonando un contrato francés anterior para submarinos de propulsión convencional.

Sin embargo, los funcionarios estadounidenses negaron que la decisión de la Casa Blanca obedezca a un intento por aplacar a Francia.


La pandemia del Covid-19 ha provocado al menos 4.68 millones de muertos 228.49 millones de contagios en el mundo desde diciembre de 2019, según un balance establecido a partir de fuentes oficiales.

El Covid-19 mató más gente en Estados Unidos que la gripe española en 1918-19, según datos divulgados por la Universidad Johns Hopkins.

Más de 675.700 contagiados por el nuevo coronavirus fallecieron en Estados Unidos, de acuerdo al balance divulgado el lunes por la entidad.

Según historiadores y los Centros de Prevención y el Control de Enfermedades, la agencia de salud de Estados Unidos, la gripe española mató al menos a 50 millones de personas en todo el mundo, incluidas 675.000 en Estados Unidos.

Al menos en valores absolutos, la gripe española perdió ante el Covid-19 su título de la pandemia más grave de la historia reciente de este país.

Empero, a diferencia del Covid-19, la gripe española fue especialmente letal en grupos etarios que se supone gozan de buena salud; incluyendo los niños de cinco años y los adultos de entre 20 y 40 años.