Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) detectaron esta madrugada el disparo de 30 cohetes desde el Líbano, cuyo lanzamiento se atribuyó el grupo terrorista chií Hezbollah y que cayeron en espacios abiertos en el área de Kabri, cerca de la ciudad de Nahariya, en el norte y a unos 10 kilómetros de la frontera.

Las Fuerzas Armadas israelíes confirmaron que ninguno de los drones de Hezbolá fue interceptado por los sistemas de defensa aérea israelíes.

El ataque no produjo víctimas, según las FDI, que poco después de producirse la agresión dijeron estar «atacando las fuentes del ataque».

La frontera entre Israel y el Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006, especialmente en las ultimas semanas, después de que un dron suicida israelí en Beirut acabara con la vida del ‘número dos’ de Hezbollah, Fuad Shukr.

Shukr se desempeñaba como “jefe del Estado Mayor” de Hezbollah y fue abatido en respuesta al lanzamiento de un cohete contra una cancha fútbol en la ciudad drusa de Majdal Shams en los altos del Golán, en el que fueron asesinados doce niños y otras decenas resultaron heridos.

Horas después, en Teherán fue eliminado el jefe de la oficina política del grupo terrorista islámico palestino Hamás, Ismail Haniyeh, en un incidente que aún no ha sido completamente aclarado y que las autoridades de Irán atribuyen a Israel.

En su divisoria al norte, Israel y Hezbolá intercambian fuego diariamente desde octubre, cuando el grupo pro iraní comenzó a atacar a su vecino del sur en solidaridad con el pueblo gazatí-, y en estos choquen han muerto más de 600 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de la milicia, que ha confirmado 372 bajas de milicianos y comandantes, algunas en Siria.

En Israel han muerto 48 personas en el norte, 22 militares y 26 civiles, incluyendo los 12 menores y adolescentes que perdieron la vida en la localidad drusa de Majdal Shams, en el ataque que desató el bombardeo israelí en Beirut