José Salas está cerca de sumar su tercera semana en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. El joven se convirtió, desde el Día Inaugural, en una interesante apuesta para las Águilas del Zulia y transita un camino desconocido hasta ahora para peloteros de su clase.

El pasado mes de abril apenas cumplió 17 años, después de recibir un bono de 2,8 millones de dólares durante el proceso de firmas internacionales de 2019. Sus aptitudes en el campo son tan valoradas, que, sin siquiera tomar un turno en las filiales de Miami, la organización que lo reclutó, fue ubicado como el decimonoveno prospecto del equipo por MLB.

Pocos días después de estampar su rúbrica, Salas fue presentado en el Marlins Park, donde tomó práctica de bateo con el equipo grande e impresionó con su contacto y capacidad para enviar la bola lejos.

“Es un atleta”, señaló el panameño Fernando Seguignol, director internacional de scouteo de los Marlins, a los medios presentes en el parque floridano. “No puedes pasar por alto esa cualidad, es lo que estamos buscando”.

De acuerdo con el reporte de los cazatalentos, el joven impresiona por la velocidad de su bate y reconocimiento de la zona de strike, desde ambos lados del plato. Las dudas giran en torno a si podrá mantenerse en el shortstop, algo de lo que están convencidos, tanto Seguignol como en las oficinas de los peces.

“Su presencia es impresionante, batea muy bien a las dos manos. Tiene la habilidad para sacarla lejos del estadio, aquí en Barquisimeto. Buen brazo, buenas acciones en el shortstop y, como todo muchacho, lo que necesita es experiencia y continuar su desarrollo”, puntualizó el mánager de las Águilas, Rouglas Odor, quien también un reputado técnico en las granjas de los Indios de Cleveland.

Salas no perdió tiempo en mostrar las credenciales con las que llegó a Venezuela. Transformó sus dos primeros turnos en imparables contra el experimentado derecho Néstor Molina, de Cardenales de Lara.

“Me sentí muy bien en el juego, traté de quedarme calmado. Gracias a Dios, que todo salió muy bien”, declartó el novato, según una nota de prensa de la Lvbp. “No sentí ansiedad. Tenía un plan establecido, sabía lo que podía hacer, lo que puedo dar. Traté de respirar y jugar el juego que sé hacer, no en dar un jonrón”.   

Así de sencillo. Con 17 años, siete meses y 12 días de nacido, Salas no solo es el pelotero más joven de las Águilas, sino de un circuito cuya edad promedio es de 27,4 años.

Antes que la pandemia de covid-19 terminara con la temporada de Ligas Menores, Salas iba a ser asignado a la Dominican Summer League, un circuito para peloteros de uno o dos años de firmados.

Así que participar en la LVBP es un enorme reto. Jamás se había medido a lanzadores con tantos recursos como Molina o a cualquier otro que forme parte de los rosters activos del resto de los conjuntos.

En octubre actuó en la Liga Instruccional y antes, luego de su firma, apenas se había entrenado en la Academia de los Marlins en República Dominicana, con algunos turnos contra sus pares en la Tricky League.

Lo que le convierte en el único venezolano, dueño de un bono millonario, que se ha estrenado como profesional en el país, antes de incursionaren el sistema de MLB. De hecho, es apenas uno de 19 criollos cuyos incentivos superan los dos millones de dólares.

“No voy a cambiar nada. Tengo que pensar de manera normal, enfocarme en cómo sé hacer las cosas”, afirmó convencido.

El juego forma parte de su ADN. Salas es hijo de José Antonio Salas, un exreceptor célebre por recibir un incentivo por su firma de $1,2 millones de los Bravos de Atlanta, en 1998. Su abuelo José “Yoyo” Salas también jugó pelota y se ha dedicado durante varios años a la formación de talentos.

El jovencito Salas nació en Kissimmee, Florida, pero se formó en Venezuela y por eso fue declarado agente libre internacional, en lugar de ser elegible para el Draft de MLB.

“Viene de una familia de beisbol, su hermanito, de 14 años, también es pelotero, y hay otro niñito, de 12 años, que es buen beisbolista. Así que tiene pedigrí”, acotó Odor, que no ha dejado de confiar en el adolescente pese a sus altibajos.

Desde hace unos días, el estratega comenzó a utilizar a Daniel Brito en las paradas cortas, una posición que reclamará Humberto Arteaga esta semana. Así que Salas fue movido al jardín central, para cubrir las ausencias de Wilyer Abreu y Pablo Olivares, que están fuera por problemas físicos    

“Hasta ahora ha demostrado que puede estar en la alineación”, enfatizó Odor.

Luego de sus dos primeros imparables, Salas falló en sus siguientes 11 turnos, pero suma dos en sus más recientes ocho veces al bate, con dos bases robadas en par de intentos.

Contra Magallanes, el 29 de noviembre, incurrió en un error como torpedero ante un roletazo de Anthony Pereira que pudo haber transformado en dobleplay. Más tarde se lanzó de cabeza para decapitar una línea del colombiano Reynaldo Rodríguez.

En su primer partido en la pradera central (04/12/20) tuvo problemas con la lectura de un batazo. Pero logró ajustarse contra Leones del Caracas, en la doble cartelera del sábado en Barquisimeto.

Como todo novato, Salas debe por el proceso de lograr ser consistente, pese al hándicap de medirse contra peloteros 10 años mayores. Aunque no es algo que le preocupe.

“Los Marlins me apoyaron con venir para acá a jugar, porque todavía no había estado en ninguna liga. No me colocaron límites. Lo único que me recomendaron fue tomarlo con calma y desarrollar mi juego. Así que seré siempre agresivo en el campo, tratando de hacer de todo. De verdad me gustaría embasarme y correr. Ese es mi juego”, soltó irreverente.