A un mes de la toma de posesión de Joe Biden, Moscú avisó este miércoles 23-D que no espera «nada bueno» de la futura Administración de Estados Unidos, guiada por la «rusofobia», en plena tensión entre los dos países debido a un ciberataque masivo.

«Nos esperamos nada bueno» del futuro presidente, afirmó el viceministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkovm, a la agencia de prensa rusa Interfax. 

«Sería extraño esperar algo bueno de gente que, en muchos casos, hizo carrera con la rusofobia, derramando hiel sobre mi país», prosiguió el diplomático, uno de los responsables rusos de las relaciones con las Américas y de la no proliferación de armamento.

Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, también indicó que no veía «nada positivo» en perspectiva. 

Poco antes, el presidente electo Joe Biden prometió que iba a responder al gigantesco ataque informático contra el gobierno de Estados Unidos y atribuido a Rusia. 

«Cuando sepa la magnitud del daño y, de hecho, quién es formalmente responsable, pueden estar seguros de que responderemos», dijo el futuro mandatario.

También criticó a Donald Trump por quitar importancia al supuesto papel de Rusia, después de que miembros de su administración denunciaran la responsabilidad de Moscú en los ataques dirigidos contra los servicios federales en Estados Unidos.

Washington ha adoptado varias series de sanciones contra Rusia, sobre todo a raíz del pirateo informático y de las acusaciones de injerencia en las elecciones presidenciales de 2016.

Según el bando demócrata de Biden, Moscú hizo todo lo posible para que en aquel momento ganara Trump. 

El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, comentó este miércoles que las recientes medidas estadounidenses contra empresas rusas y chinas reflejan «la política hostil de Estados Unidos», y prometió «una respuesta».

Irán y el desarme

Estas advertencias recíprocas tienen lugar a menos de un mes de la toma de posesión de Biden el 20 de enero, y con una larga lista de temas pendientes para solucionar entre diplomáticos rusos y estadounidenses.

Entre las cuestiones más urgentes figura la prórroga o no del tratado de desarme New Start, que expira en febrero, último gran acuerdo bilateral sobre una parte de los arsenales nucleares de las dos adversarios geopolíticos.

Otro asunto urgente es el rescate del acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Los firmantes cuentan con Joe Biden para que vuelva al pacto, como lo prometió, tras todos los esfuerzos de la administración Trump para acabar con él. 

Para Riabkov, Moscú debe tener un «diálogo selectivo» con Estados Unidos, apuntando solamente a los «temas que nos interesan». E Irán y el New Start forman parte de las prioridades rusas.

 «Contención total»

Para el resto, el diplomático considera que su país debe mantener una política de «contención total de Estados Unidos» y excluye que Rusia inicie «contactos con el equipo de transición de Biden».

El presidente ruso, Vladimir Putin, ya dejó claro que el cambio de inquilino en la Casa Blanca no iba a conllevar una mejora en las relaciones.

Fue uno de los pocos mandatarios en el mundo que esperó el voto del Colegio Electoral el 14 de diciembre para felicitar al presidente electo, seis semanas después de los comicios.