Unos científicos han identificado un grupo de fármacos que podrían ayudar a frenar una de las principales causas de la pérdida de visión. Su identificación ha estado acompañada por un descubrimiento inesperado que pone en entredicho una creencia fundamental sobre el ADN.

Los fármacos, conocidos como inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa inversa, se emplean habitualmente para tratar las infecciones por VIH, el virus culpable del SIDA. El nuevo descubrimiento sugiere que también pueden ser útiles contra la degeneración macular seca, aunque un virus no cause esa afección que va mermando la vista.

Una revisión de cuatro bases de datos de seguros médicos diferentes, llevada a cabo por el equipo internacional del Dr. Jayakrishna Ambati, del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia en Estados Unidos, sugiere que las personas que toman estos medicamentos tienen un riesgo significativamente menor de desarrollar degeneración macular seca.

En el transcurso del estudio, los científicos descubrieron que, en contra de lo que siempre se ha venido creyendo, puede generarse ADN en el citoplasma de nuestras células, fuera del núcleo celular que alberga nuestro material genético.

El otro hallazgo clave del estudio es que la acumulación en el citoplasma de un cierto tipo (o fragmento) de ADN, concretamente lo que se conoce como secuencias Alu, contribuye a la degeneración macular. Esta acumulación parece destruir progresivamente una importante capa de células que nutre a las células visuales de la retina.

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El Dr. Jayakrishna Ambati.

A partir de este descubrimiento, los investigadores decidieron buscar fármacos que bloquearan la producción de este ADN, para ver si podían ayudar a prevenir la pérdida de visión. Analizaron múltiples bases de datos de seguros médicos de EE.UU., que abarcan más de 100 millones de pacientes a lo largo de dos décadas, y descubrieron que las personas que tomaban inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa inversa tenían casi un 40% menos de probabilidades de desarrollar degeneración macular seca.

Los investigadores instan a realizar más estudios con el fin de determinar si estos fármacos o sus derivados más seguros, que bloquean una vía inflamatoria clave, podrían ayudar a prevenir la pérdida de visión por degeneración macular seca.