El 21 de noviembre es el día internacional de la memoria trans. Esta fecha conmemora a aquellas víctimas de transfobia para que no queden en el olvido. Pero también es un momento para hacer homenaje a la comunidad y celebrar sus logros. Como, por ejemplo, el hecho de que esta semana 14 menores trans en México pudieron cambiar su identidad de género en su acta de nacimiento.

El trámite se llevó a cabo en el estado de Jalisco, el único que lo ha permitido hasta el momento. Coreando “¡Aquí está la resistencia trans!”, las familias de los menores celebraban este momento histórico.

Las personas que lograron tener sus nuevas actas de nacimiento tienen entre 5 y 16 años de edad. Viajaron hasta Jalisco desde distintas partes del país. Las familias destacaron que el nuevo documento reconoce el derecho de sus hijas e hijos a vivir tal y como se identifican.

«Bienvenidas y bienvenidos a su casa, a un #JaliscoDeIguales. Ahora sus actas de nacimiento las y los identifican como lo que son y eso aquí es un derecho innegable. Felicidades a ustedes y sus familias por luchar por su felicidad y sus derechos» —Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco

Actualmente, sólo 10 de las 32 entidades federativas de México cuentan con procedimientos administrativos para otorgar actas de nacimientos a personas trans mayores de 18 años; esa opción no está disponible para menores, excepto en Jalisco.

Los niños, niñas y adolescentes que quieran hacer este trámite deberán contar con el consentimiento de padres, madres o tutores.

De acuerdo con los datos de la consulta infantil y juvenil del Instituto Nacional Electoral, en el 2019 el 1,2% por ciento de la población infante y adolescente no se identificaban con los géneros binarios. Es decir, 183 mil 600 menores de edad en México no se identificaban en ese momento con el masculino y femenino.

Acceder a la modificación de las partidas de nacimiento es muy complicado para las infancias trans en el país. Los padres de los y las menores exigen que se acelere este proceso.

Mónica Flores, especialista y activista chilena por las infancias trans, explicó la urgencia de que las y los infantes puedan cambiar su nombre y género en el acta de nacimiento, pues apresurar el trámite les evitaría sufrimiento y discriminación. «Muchos niños y niñas trans no llegan a los 14 años, se suicidan, o llegan ya con mucho daño en su salud mental«.

A partir del 9 de septiembre, la Ciudad de México empezó a permitir que los menores cambien allí su nombre legalmente. Sólo deben tener una autorización de sus madres, padres o tutores. Esto significa que podrán tener un documento de identidad que represente la forma en la que se autoperciben.

La jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció la medida, e informó que ésta evitará acudir a instancias judiciales para conseguir un cambio de identidad para hijos e hijas.

En América Latina, la discriminación ha hecho que la expectativa de vida promedio para una persona trans sea de 35 años. Sólo el 14% de los padres decide quedarse con su pareja femenina y apoyar a sus hijos o hijas trans.

Además, son muy pocos los países en la región que poseen ley de identidad de género, y México no la tiene. El primer país en aplicarla fue Argentina, en 2012.

Allí no pide ningún tipo de certificación para iniciar el tratamiento para transicionar. Ese es el motivo por el cual muchas personas trans viajan a Argentina desde otras partes de América Latina: conseguir su nuevo documento de identidad, tal como contamos hace un tiempo en esta historia.

La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Mundo) —compuesta por más de mil 600 organizaciones— dio a conocer su tercer Informe de Mapeo Legal Trans con datos alarmantes para esta comunidad.

Zhan Chiam, coordinador y coautor de la publicación, advierte que los delitos relacionados con el trabajo sexual o las relaciones sexuales consensuales entre personas del mismo sexo se usan para perseguir de manera sistemática a estas personas. También las normas relacionadas a la molestia pública, la indecencia, las buenas costumbres o el merodeo.

Finalmente, las leyes vinculadas a la tenencia de drogas también se usan para criminalizar al colectivo. En Colombia, el 40% de las personas LGBTI+ y el 30% de las personas trans que son encarceladas, llegan a esa situación por delitos de estupefacientes. El porcentaje es aún mayor en Argentina. Allí, el 56% de las personas trans presas está acusada de delitos relacionados con tenencia de drogas.