Inicio

El objetivo, explica, es que la sociedad sepa que la psiquiatría está ahí, que tiene su función y que está totalmente alienada con el respeto a los derechos humanos.

Los importante para Pérez Solá es hablar de personas y no de casos, por eso defiende que los profesionales deben hacer un uso exquisito de las palabras y del trato con los pacientes y huir del paternalismo.

La enfermedad mental tiene su base en el cerebro, “pero por desgracia en estos momentos desconocemos los daños estructurales que se dan en este tipo de pacientes”.

“Lo que predomina son alteraciones de las emociones, de la conducta, incertidumbre, y un profundo, profundo miedo”.

Salud mental: humanización desde la ética
Ana González-Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental; y Mercedes Navío Acosta, coordinadora de la Oficina Regional de Salud Mental de Madrid, son también participantes activas en el empeño de humanizar la psiquiatría.

Para Navío, las personas son las que marcan la diferencia y el hecho de tener un problema de salud mental es algo accesorio; por ello, en la relación terapéutica se debe ejercer la horizontalidad.

“Pero esto no quiere decir que se deba renunciar a la responsabilidad que la profesión nos obliga”.

Navío defiende una humanización entendida desde la ética, y no desde la estética.

Todos estos profesionales están ligados de una forma u otra a este documental, basado en el libro Humanización de la Asistencia en las Unidades de Hospitalización Psiquiátrica Breve.

Durante su presentación han coincidido en la necesidad de echar mano de los pacientes expertos, esos pacientes formados e informados, cuya experiencia y sentimientos pueden resultar muy valiosos tanto para médicos como para familiares de ingresados por motivos de salud mental.