Confinamientos y protestas enmarcan la Navidad en Europa: Caso Francia, Alemania y Reino Unido Camila Rubio diciembre 17, 2020 MUNDO El ajetreo y el bullicio antes de Navidad en las grandes ciudades europeas es el de siempre. Pero no en todos los países. Algunos, como Dinamarca, los Países Bajos y Alemania, con 952 muertos en las últimas 24 horas, han endurecido las restricciones, con el cierre de escuelas, comercios no esenciales, bares y restaurantes, gimnasios o lugares de ocio y cultura. En el Reino Unido, vuelven a cerrar bares, restaurantes y gimnasios, desde este miércoles, en Londres y zonas cercanas. Las autoridades sopesan endurecer las medidas durante la Navidad en lugar de relajarlas. En Francia, crece la ira de los sectores más afectados. Un día son los comerciantes, restauradores y hoteleros quienes protestan por el cierre de sus negocios. Este martes, fueron los artistas y profesionales de la cultura y el espectáculo quienes salieron a la calle. En Francia, se ha levantado el bloqueo parcial, pero se acaba de imponer un toque de queda desde las ocho de la tarde. Los artistas y profesionales del espectáculo amenazan con acudir a los tribunales para obligar al Gobierno a permitirles la reapertura. «No entendemos, hay desigualdades en relación a las tiendas, el metro, los lugares de culto… Y luego nos encontramos en la calle, pero en el mal sentido de la palabra. Así que estamos encerrados un poquito en todas partes, en la cabeza, en el alma y en el espíritu», dice Pascal Le Guennec, actor y director. «Han pasado meses y meses, desde el primer confinamiento, así que realmente hay un peligro muy importante en el sector, para los artistas, para los técnicos que van a perder su trabajo durante mucho tiempo», señala Véronique Vellin, subdirectora del nuevo teatro de Montreuil. En Ucrania, incluso ha habido episodios de violencia. Hubo enfrentamientos entre la policía y manifestantes, en una protesta de pequeños empresarios que criticaban las medidas contra la COVID-19 anunciadas por el Gobierno. Unos 40 agentes resultaron heridos. Escuelas, comercios no esenciales y gimnasios cerrarán a partir del 8 de enero. «Somos los rehenes de un juego. Lo entendemos y no nos gusta. Llevamos más de un año pidiendo que nos escuchen y nos han dejado a nuestra suerte», afirma Victor Velichko, propietario de una pequeña empresa. Los Gobiernos hacen malabarismos para intentar encontrar un equilibrio entre salud y economía. Algo que resulta cada vez más difícil.