Seis personas serán juzgadas en Brasil por la paliza mortal a un hombre negro perpetrada por dos guardias de seguridad blancos, en el estacionamiento de un supermercado del grupo Carrefour, en la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país, informaron este viernes 18-D fuentes oficiales.

Los acusados responderán en los tribunales por un «homicidio triplemente calificado» con eventual dolo contra Joao Alberto, de 40 años, en un brutal crimen que generó protestas en varios puntos de la geografía brasileña por la violencia crónica contra la población negra.

La jueza de Porto Alegre Cristiane Busatto aceptó los cargos presentados por la Fiscalía contra los seis sospechosos, dos de los cuales, los dos guardias de seguridad, responsables materiales de la fatal agresión, seguirán en prisión.

A una trabajadora de Carrefour, que tenía voz de mando sobre el personal de seguridad, presenció el ataque y no actuó para impedirlo, se le concedió el régimen de prisión domiciliaria al estar aquejada de una enfermedad crónica.

Los otros tres sospechosos son dos empleados más del supermercado y otro guardia de seguridad.

«Los indicios suficientes de autoría están presentes para los seis denunciados, en las grabaciones, declaraciones de testigos y hasta en las declaraciones de algunos de los denunciados», indicó la jueza al aceptar la querella.

El asesinato ocurrió la noche del pasado 19 de noviembre, en la víspera del Día de la Conciencia Negra.

En videos e imágenes que circularon por las redes sociales, se aprecia cómo los dos guardias sostienen a la víctima y le proporcionan golpes, patadas y estrangulaciones.

De acuerdo con la autopsia y la información recogida por la Policía, Joao Alberto murió por asfixia, después de que los dos guardias permanecieran sobre su cuerpo por más de cinco minutos.

Según algunos testigos, la paliza se produjo tras un desentendimiento en el interior del establecimiento.

Imágenes de las cámaras de seguridad muestran como la víctima se dirige primero a una trabajadora y, acto seguido, es conducido por los dos guardias de seguridad al aparcamiento, donde recibió la golpiza hasta morir.

El vicepresidente brasileño, el general retirado Hamilton Mourao, calificó el suceso de «lamentable» en la época, pero llegó a decir que no era un caso de discriminación racial porque «en Brasil no existe racismo».

Sin embargo, a pesar de que los negros representan un 56 % de la población brasileña, las manifestaciones de racismo en el país son frecuentes.

En 2018, tres de cada cuatro víctimas de homicidio en Brasil fueron negros, de acuerdo con un estudio divulgado este año por el Foro Brasileño de Seguridad Pública y el estatal Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (Ipea).