El precio promedio de la divisa estadounidense en las mesas cambiarias de la banca cerró este jueves 12 de noviembre en 607.475,82 bolívares, una escalada de 6,7% en comparación con la cotización del día anterior. El incremento, en términos absolutos, fue de 35.853,66, uno de los mayores incrementos interdiarios del año.

En los últimos dos días este valor subió 10,48% y en lo que va de mes el alza fue de 17,03%.

Todo indica que el dólar continuará acelerando su ascenso en la banca, y un indicador claro es que el incremento del precio promedio en 12 días de noviembre es apenas inferior al 18,14% que aumentó en septiembre completo.

La demanda de divisas subió de manera acelerada, en buena medida por importantes pagos a proveedores del estado que hacen presión en el mercado oficial.

Al mismo tiempo, el BCV no está en condiciones de realizar operaciones de intervención eficaces contra esta tendencia alcista, ya que está muy limitado en reservas líquidas.

Los precios para la compra en las entidades bancarias se movieron entre 592.978,76 bolívares de Banesco y 612.693,50 bolívares del grupo de instituciones con menor volumen de transacciones.

Analistas estiman que los precios en el mercado paralelo podrían escalar sobre los 700.000 bolívares por dólar en los próximos días.

Por su parte, el dólar no oficial continuó en ascenso y se ubicó en Bs. 691.680,82 en el marcador Dólar Today, mientras que en Monitor Dólar está en Bs. 690.021,40.

Para el economista y doctor en Gerencia Leonardo Soto, todos los factores actuales que estabilizan el tipo de cambio en Venezuela son artificiales.

Explicó que no existen ninguna condición real que mantenga el precio del dólar en un monto estable, porque no hay reservas internacionales y la producción interna, tanto para consumo como exportación, está en cero, entre otras aristas hacen que el precio del dólar en Venezuela continúe en alza.

«No tenemos ingresos como país en divisas sólidas, debido a la caída progresiva de las exportaciones petroleras y por supuesto las fluctuaciones del precio del petróleo a nivel internacional, por diversos factores recientes que se van a mantener por lo menos hasta el 2021», detalló el economista, destacando que esto significa que la variación en cuanto al tipo de cambio seguirá.

Indicó que además de esos factores que son propios de las decisiones de políticas macroeconómicas, también está el hecho de que no hay confianza económica de los agentes económicos generales, es decir, del ciudadano en común, del que invierte grandes capitales o que consume cierta cantidad de dinero para mantenerse.

«Si no existe confianza no hay posibilidad de inversión y además las personas que controlan el poder Ejecutivo del país han estado emitiendo bonos en los últimos tres meses para compensar un poco la deficiencia en cuanto al ingreso per cápita y con ello el consumo. Este dinero que se está emitiendo es presuntamente inorgánico que obviamente empuja al tipo de cambio al alza”, dijo Soto.


Precisó que a su juicio el bolívar seguirá su proceso de devaluación y que en algún punto se convertirá en una unidad de referencia financiera a efecto de las cuentas nacionales y operaciones electrónicas porque las personas prefieren la divisa internacional debido a la estabilidad de la misma.

Sin embargo, apunta que una dolarización o con cualquier otra moneda extranjera, que se considere como de curso legal, es difícil tomando en cuenta todos los impedimentos que existen el poder Ejecutivo para las transacciones masivas.

“El bolívar siempre se está devaluando nunca dejó de devaluarse. Los picos de devaluación son más rápidos o más lentos en función de medidas puntuales que aplican las personas que controlan el poder Ejecutivo, pero que son artificiales por la situación de que no hay reservas internacionales, no tenemos producción nacional, ni ingresos en divisas que sustenten nuestras operaciones nacionales e internacionales», explicó.

Ante esto, apuntó que «el bolívar siempre se va a seguir devaluando. Que siga perdiendo su valor al punto que se requiera de una nueva moneda, es posible».

«Sin embargo en este punto y tal como lo dijeron ellos, no está en su accionar próximo la desaparición del bolívar como moneda de curso legal, pero permitir la circulación multimoneda, que es lo que ha estado ocurriendo en los últimos meses y que ha permitido que algunos venezolanos sientan un alivio con la circulación de dólares norteamericanos, euros, peso colombiano y la moneda de Brasil hablando de los aspectos fronterizos», refirió.

El especialista agregó que el venezolano no tiene poder adquisitivo real desde aproximadamente el 2013 y 2014, ya que la crisis económica se ha venido agudizando en los últimos cinco años.

Aseguró que desde que comenzó la devaluación acelerada del bolívar y la no actualización acorde a esas devaluaciones, como el ingreso del salario mínimo básico y otros aspectos salariales relativos a la paridad del tipo de cambio, el venezolano no tiene poder adquisitivo.

“El venezolano recibe una cantidad de dinero, una masa monetaria, que le permite adquirir bienes insuficientes para satisfacer sus necesidades, porque un poder adquisitivo real para una vida digna en un país en condiciones de desarrollo o en vías de desarrollo como lo era Venezuela para el año 2007 y 2008, que es cuando se agudiza la crisis política en el país tornándose más fuerte a partir del 2013 que es cuando el venezolano pierde su poder adquisitivo», expuso.

Señaló que en el 20136 «comienzan las devaluaciones progresivas y automáticamente el venezolano lo que hace es sobrevivir, con un ingreso que no es suficiente y que además es informal, porque el venezolano tiene que hacerse de diversas actividades muchas de ellas fuera del control del fisco para poder subsistir, entonces hablamos de un déficit, no tiene suficiente para vivir bien y por ende no está en capacidad de honrar compromisos fiscales con el Estado que deja de percibir ingresos y es un círculo vicioso que se convierte en un efecto dominó».

«La cesta básica de un grupo familiar de cuatro personas está por encima de los 450 dólares al mes, y el salario promedio de una empresa consiente, que tenga capacidad de venta, ronda alrededor de los 250 dólares, pero no son muchas, son pocas y no todas pueden llegar a ese monto por la imposibilidad de poder adquisitivo”, enfatizó.

A su juicio, el efecto pandemia y la cuarentena dio un golpe aún mayor al sector empresarial que ya estaba muy debilitado y que había comenzado a generar cierto dinamismo por la circulación de multimoneda que inició en el 2019.

“Se debilitó el sector privado formal que paga impuestos, algunos desaparecieron en estos meses de cuarentena y confinamiento, se fortaleció el sector informal que no rinde cuentas, que es clandestino y por eso muchos de los empresarios ahora lo han hecho a pulmón propio, con autofinanciamiento ya que no existen créditos que le permita al empresario funcional con un apalancamiento financiero», dijo.

Soto finalizó expresando que «han estado funcionando con recursos propios sin generar ningún tipo de utilidad, en el caso de las empresas de preparación de alimentos y servicios de primera necesidad que han optado por el servicio de delivery y se han mantenido en funcionamiento».

Aunque aseguró que este funcionamiento «no es la realidad de todas las empresas, en otros sectores han estado operativos quizá por debajo del 35%, siendo un escenario complicado para el 2021, que si no se llegan a acuerdos reales que permitan políticas de estímulos e incentivos financieros y fiscal a las empresas y puedan funcionar”.

Si efectivamente el nuevo valor del salario mínimo es de 1.200.000 bolívares, este jueves 12 de noviembre sería equivalente a menos de 2 dólares, concretamente a 1,97 dólares mensuales. Si se suma el cestaticket llega a 3,95 dólares al mes.