Dimite el ministro de Medio Ambiente de Brasil mientras la deforestación se acelera Camila Rubio junio 24, 2021 POLÍTICA Ricado Salles, el hombre que ha dirigido la política medioambiental de Brasil desde que Jair Bolsonaro llegó a la Presidencia, ha dimitido este miércoles, según informa O’Globo. Ricardo Sallles renuncia al cargo semanas después de la apertura de dos investigaciones policiales contra él, una por vínculos con un caso de tráfico ilegal de madera y otra por supuestamente obstruir las averiguaciones en un caso de deforestación. Su renuncia al cargo coincide con el renovado interés medioambiental de EEUU traído por el presidente Joe Biden y con un fuerte aumento de las alertas de tala ilegal en Amazonia, la mayor selva tropical del mundo. El ministro ha alegado motivos personales para dejar el puesto. Le sustituye Joaquim Pereira Leite, que hasta ahora era responsable del departamento de Amazonia y servicios ambientales en el ministerio. Las presiones para que Bolsonaro lo dejara caer son muchas y antiguas. Y pese a ello y a las constantes salidas y llegadas de ministros al Gobierno, sobre todo de Salud, Bolsonaro se había resistido hasta ahora a que abandonara el cargo. Este mismo martes lo felicitó públicamente durante un acto en Brasilia: “Felicidades, Ricardo Salles. No es fácil dirigir tu ministerio”. En ambos casos por los que Salles es investigado existe la sospecha de que la madera fue extraída ilegalmente en la Amazonía. Las autoridades investigan si el ministro dimisionario y otros funcionarios de su ministerio actuaron en beneficio de los madereros a cambio de ventajas económicas. La policía señaló a Salles tras detectar “movimientos sospechosos” en el bufete de abogados del que el ministro es socio. La cantidad que levantó esas sospechas son 14 millones de reales. Pero también está en el foco de atención las ganancias del ministro mientras ostentó cargos públicos en el Gobierno de São Paulo, entre 2016 y 2017, cuando sus ingresos aumentaron de un millón de reales a casi nueve millones. Amazonia perdió en el último año 11.088 kilómetros cuadrados de árboles, un 9,5% más que el año anterior. El balance, divulgado en noviembre pasado, es el peor de los últimos doce años. Y las alertas captadas por satélites que se difunden mensualmente indican que las cifras de este año pueden ser aun peores. El despliegue de miles de militares en Amazonia para frenar los incendios tras el escándalo de los fuegos en Amazonia en el agosto de 2019 ha resultado ineficaz pese al dineral que ha costado. Uno de los momentos más recordados del mandato de Salles es una frase que pronunció durante un explosivo Consejo de Ministros en abril de 2020, cuyo vídeo fue divulgado por orden del Tribunal Supremo. “Ahora que estamos en un momento de tranquilidad porque los medios están concentrados con la covid, tenemos que aprovechar para aprobar la boiada y simplificar las normas”, dijo. Boiada, que viene de boi (buey), viene a significar en este contexto la flexibilización a través de cambios legales de las normas medioambientales para facilitar la expansión de pastos para ganado. Poco después de su dimisión, fue aprobado en comisión parlamentaria un proyecto de ley que dificulta la demarcación de nuevas tierras indígenas, que el Gobierno Bolsonaro mantiene de todos modos paralizada de hecho desde que llegó al poder. Colectivos indígenas protagonizan hace días protestas ante el Congreso en Brasilia para evitar este retroceso. Bolsonaro está bajo presión desde varios frentes. Por un lado, la pandemia. Las revelaciones que emanan a diario de la comisión de investigación del Senado que analiza su gestión de la crisis sanitaria le está desgastando. El rechazo hacia él aumenta aunque mantiene un apoyo del 25%, según los sondeos. Y en el frente medioambiental el escrutinio se ha intensificado desde que EEUU volvió al Acuerdo de París. Biden convocó en abril una cumbre del clima con mandatarios de todo el mundo para dar solemnidad a la vuelta de EE.UU. a la primera fila de la lucha contra el cambio climático. Bolsonaro acudió a aquella reunión con la promesa de reducir la deforestación a niveles y en plazos ya prometidos por sus predecesores y en busca de fondos internacionales para reforzar la lucha contra los fuegos y la tala ilegal en Amazonia. Y al día siguiente de la cumbre recortó a la mitad el presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente. El desmantelamiento de la política ambiental emprendido por Bolsonaro con Salles al frente del ministerio fue denunciado primero por los anteriores titulares de la cartera, los de izquierdas y los de derechas. Tanto el presidente como el titular de medioambiente habían sido multados por infracciones medioambientales.