Japón crea el Ministerio de la Soledad frente a la ola de suicidios Camila Rubio marzo 5, 2021 MUNDO Japón ha creado un Ministerio de la Soledad para combatir el aumento de suicidios registrados por la pandemia de la covid-19. Según los cálculos del país, cerca de 20.000 personas se suicidaron durante el 2020. Desde el estado nipón admiten que «el número de suicidios está en una tendencia creciente». Pero no es el único país que ha registrado esta tendencia. Los expertos en Salud Mental de todo el mundo no dejan de alarmar sobre el aumento de casos de depresión y otros trastornos mentales graves. En España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa durante los cinco primeros meses de 2020 en España, con 1.343 fallecimientos registrados. «El apoyo social, y las relaciones personales saludables, es un factor de protección para cualquier tipo de problema de salud mental, e incluso para la física», explica Susana Al-Halabí, colaboradora del Consejo Oficial de Psicólogos y experta en suicidios. La falta de acompañamiento, por contra, se asocia con peor adherencia a tratamientos o a problemas relacionados con los cuidados, entre otros. «El Ministerio de Sanidad debe abordar la soledad de una forma más preventiva que sintomática» La pandemia del Covid-19 ha aumentado estos casos en España. Si en 2019 había 4,7 millones de hogares unipersonales y 2,9 millones de personas de más de 65 años que vivían solas, el ‘Informe España 2020’, elaborado por la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas, revelaba que la soledad había crecido un 50 por ciento en el país. Según este trabajo, la crisis provocada por el coronavirus había provocado que el 11 por ciento de las personas consultadas confesase sentir soledad grave, frente al 5,2 por ciento que consideraba padecerla antes de la pandemia. Al-Halabí explica que esta falta de interacción por el Covid es factor de riesgo para problemas como la depresión y el suicidio. Por eso indica que la estrategias de prevención de problemas como la depresión o el suicidio, y que «son mucho más prevalentes de lo que la gente cree», son fundamentales. «La soledad no es un tema que deba abordar el Sistema Nacional de Salud. Pero sí que lo debe abordar el Ministerio de Sanidad de una forma más preventiva que sintomática», afirma. Algunas comunidades autónomas cuentan ya con estas estrategias de prevención del suicidio, pero la experta indica que todavía no cuentan con la solidez necesaria en su implementación. «Además, deben ser estrategias que estén en comunión con otros agentes sociales, no solamente por parte del SNS, que es imprescindible. Tiene que haber políticas macrosociales para el abordaje del suicidio», añade. Y recuerda la petición del COP para que haya más psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud, sobre todo de cara a las consecuencias que pueda tener la ‘fatiga pandémica’ en la población, tal y como ha advertido la OMS. Lo que los estudios dicen del Covid Las últimas investigaciones también alertan de las consecuencias que ha tenido la pandemia en la salud mental. «En España, según los últimos estudios, las restricciones impuestas y la incertidumbre durante el encierro tuvieron un mayor impacto psicológico en personas con trastornos mentales, que suelen tener estrategias de comportamiento menos saludables para enfrentar la situación. El desarrollo de intervenciones para mitigar los resultados negativos de salud mental entre esta población vulnerable va a ser esencial en los próximos meses», asegura esta experta. Además, indica que a nivel internacional se ha encontrado que el Covid-19 y el confinamiento fue un factor que influyó en las autolesiones, afectando más a las mujeres que en los hombres. Los factores más frecuentes en presencia de conductas auto-líticas fueron los problemas de salud mental, el cese o la reducción de los servicios (incluida la ausencia de atención “cara a cara”), el aislamiento y la soledad, el contacto reducido con personas clave, la interrupción de la rutina normal y la sensación de atrapamiento. «Esto resultados resaltan la necesidad de alentar a los familiares, amigos y vecinos a acercarse a los demás, especialmente a los que viven solos», indica. «Junto con estos hallazgos, durante la pandemia puede aumentar el riesgo de consumo de sustancias, suicidio, violencia doméstica y duelo complicado«, añade. Por eso, considera que «a nivel gubernamental e institucional es necesario llevar a cabo intervenciones para minimizar las consecuencias de la pandemia en la salud mental, como el uso de tele-salud para brindar apoyo remoto o practicar el autocuidado. Estas intervenciones deben mantenerse después del brote inicial, ya que los problemas psicológicos actuales pueden afectar el bienestar a largo plazo». La psicóloga Susana Al-Halabí asegura que se necesitan más estudios longitudinales para evaluar estas respuestas adaptativas con el tiempo.