El gobierno de Joe Biden anunció la revocación de los permisos concedidos por la Administración de Donald Trump para extraer petróleo y gas en una reserva ártica de Alaska. La decisión se debe al impacto negativo de esas instalaciones sobre el medioambiente. El mandatario estadounidense cumple así una promesa electoral. Sin embargo, anteriormente respaldó otro proyecto de explotación petrolera en ese mismo estado, lo que provocó una ola de indignación entre los ecologistas.