Alicia Suárez es una mujer de 55 años, con discapacidad, ya que sufrió de poliomielitis en su infancia. Tras la muerte de sus padres y de su hermana, quienes la cuidaban, Alicia quedó en situación de calle, completamente indefensa.

Durante los tres últimos años, Alicia permaneció a las puertas del Palacio de Gobierno de donde fue desalojada durante los preparativos de los actos oficiales del 28 de enero.

En esa oportunidad, según comenta, funcionarios del gobierno regional la trasladaron al cuarto de pensión donde habita una sobrina, en condiciones precarias y de hacinamiento.

Según le informaron, pasarían en unos días a buscar a Alicia para trasladarla a un lugar acorde. Al cabo de una semana, Alicia volvió a quedar a la intemperie, ya que su sobrina no pudo alojarla por más tiempo.

Actualmente, se encuentra a las puertas de la emergencia pediátrica del Hospital General del Sur, donde ha sido tratada con hostilidad por el personal de seguridad.

Pese a constatar su condición, la privaron de usar una silla dejando que permanezca tirada en el suelo. Los intentos de comunicación con los funcionarios del gobierno regional que conocen el caso y que se comprometieron en asistirla han sido infructuosos. 

Las condiciones actuales de Alicia son calamitosas, por decir lo menos. Se hace un llamado a las organizaciones humanitarias que existen en Maracaibo y San Francisco para que extiendan su mano solidaria hacia quien es víctima palpable de la pobreza, la enfermedad y la indolencia.

Alicia Suárez merece envejecer con dignidad, con el respeto elemental que debe gozar como ser humano y ciudadana.