El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) informó que desde este domingo y durante  96 horas se tiene prevista la llegada a espacio aéreo de Venezuela de una nube de polvo del desierto del Sahara. 

Indicó que las partículas entrarán desde la región oriental de Venezuela, reduciendo tanto la calidad del aire como la visibilidad.

“Se prevé que desde hoy en horas vespertinas y al menos durante las próximas 96 horas, se mantengan concentraciones leves a moderadas de polvo sahariano a nuestro país; ingresando desde la porción oriental, lo cual reducirá la calidad del aire y la visibilidad horizontal”, precisó el Inameh en Twitter.

De acuerdo con el Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico, ubicado en Miami, este fenómeno consiste en el desplazamiento de una masa de aire muy seca y cargada de polvo, que se forma sobre el desierto del Sahara a finales de la primavera, durante el verano y a comienzos del otoño.

Esta “nube de polvo” se mueve usualmente hacia el Océano Atlántico Norte cada tres o cinco días. Según la Organización Mundial de la Salud, el polvo del Sahara contiene bacterias, mercurio, virus, hierro y pesticidas.

“Estas tormentas, cuando logran concentrarse y alcanzar áreas pobladas de Europa y América, pueden provocar la aparición de alergias y crisis asmáticas en muchas personas”.

Agregó que, cuando aparece esta bruma, es común que se reporten casos de gripes o alergias en las personas. “Pueden haber sido provocadas por el contacto con partículas de origen biológico”.

Recientemente, la comunidad científica ha descubierto una increíble conexión entre el desierto cálido más grande del planeta, el Sáhara, y la mayor masa forestal de la Tierra, el Amazonas.

Las nubes de polvo que salen desde África son capaces de cruzar el Atlántico y viajan cargadas de elementos como el fósforo, nitrógeno, potasio, calcio y hierro, que cuando se depositan sobre la selva amazónica ayudan a fertilizar el suelo.

Cada año se precipitan unas 180 millones de toneladas. La arena del desierto cruza el océano empujado por los vientos alisios de componente este, los mismos que llevaron a Colón hasta América.

Un artículo publicado en la revista Nature ha desvelado además cómo la calima ha provocado a lo largo de la historia períodos glaciares. Y como siempre ocurre, todo tiene que ver directamente con la cantidad de dióxido de carbono presente en la atmósfera.

Mientras el polvo del desierto atraviesa el Atlántico una parte cae hacia la superficie oceánica y el hierro que contiene también favorece la fertilización del fitoplancton, un elemento que influye directamente en la fotosíntesis.

Este proceso se traduce en una mayor absorción de dióxido de carbono, que pasa de la atmósfera al fondo marino. Según los autores de la investigación este mecanismo estaría detrás de al menos la mitad de reducción del famoso gas de efecto invernadero durante los etapas glaciares.