Patrick Dempsey abandonó Grey’s Anatomy porque había un ambiente tóxico Camila Rubio febrero 23, 2021 FARANDULA Hace ya más de cinco años que Patrick Dempsey abandonó la serie que lo lanzó a la fama, Grey’s Anatomy. En la longeva producción de la cadena estadounidense ABC, de 17 temporadas, daba vida al doctor Derek Sheperd, pareja de la protagonista, Meredith Grey (interpretada por Ellen Pompeo). Cuando se bajó del proyecto, en 2015, sabía que no había vuelta atrás, porque su personaje desaparecía de forma definitiva. Muchos se preguntaron entonces cuál fue el verdadero motivo que hizo que Dempsey, entonces en el pico de su popularidad gracias a la decena de temporadas en las que se había metido en la piel del carismático neurocirujano, decidiera abandonar una serie en la que era protagonista y ganaba millones. Pero ahora reconoce que el ambiente tóxico que rodeaba a las jornadas de grabación lo ayudó a dar el salto. Dempsey refrenda unas palabras que su entonces compañera, Ellen Pompeo, dijo para la revista Variety hace un año y medio. En ese contexto, contaba que hubo “muchos momentos” en los que estuvo a punto de abandonar el barco. “Los primeros 10 años”, dijo quien da vida a Meredith Grey, “tuvimos serios problemas de cultura, muy mal comportamiento, un ambiente de trabajo realmente tóxico”. Sin embargo, para ella todo cambió cuando empezó a tener hijos y a centrarse en ellos. “Con 40 años, ¿dónde voy a ganar tanto dinero? Tengo que cuidar de mis hijos. Después de la temporada 10, hubo grandes cambios delante y detrás de las cámaras. Mi objetivo fue vivir una experiencia en la que fuera feliz y de la que me sintiera orgullosa, porque habíamos tenido muchos problemas durante 10 años. Mi misión fue: ‘Esto no puede ser fantástico para el público y un desastre por detrás”. Pompeo levantó la voz por la igualdad salarial y en las últimas temporadas de la serie se embolsó más de 21 millones de dólares. Tras ser consultado sobre ello en una entrevista para el diario británico The Independent, Dempsey refrenda ahora las palabras de la coprotagonista. “Creo que en cualquier momento en el que estás en un entorno en el que trabajas 17 horas al día, seis días a la semana, resulta muy difícil mantener ese entorno saludable”, relata, dejando entrever las carencias del rodaje. Sí que concede que, poco antes de su marcha, en 2014, esa “cultura tóxica” a la que se refería Pompeo empezó a mejorar: “Noté que las cosas cambiaban con respecto a cómo se gestionaba el liderazgo de las operaciones del día a día. Ya hay más igualdad en el equipo y en sus dinámicas. La gente creció, cambió y aprendió. De eso se trata la vida”. Pese a la salida definitiva del actor de la serie, hace unos meses decidió regresar. Fue en forma de sueño y durante un episodio relacionado con la actual pandemia. Pero no descarta volver en nuevas ocasiones más adelante. El actor cuenta que aquello fue “una experiencia muy especial para todos. Todos lloramos y a todos se nos removieron muchas cosas, emocionalmente hablando. Fue algo muy curativo”. Y eso que, asegura, en algunos momentos se sintió “cosificado” por su personaje. “Es el modo en el que estaba construido, es un arquetipo, pero no soy yo”, dijo. El actor decidió cambiar de registro e incursionar en papeles más oscuros, más complejos. Tras protagonizar la adaptación televisiva de la novela La verdad sobre el caso Harry Quebert, ahora está inmerso en el rodaje de un thriller de trasfondo financiero llamado Devils, también adaptación de otro libro. Pese a ser un personaje muy popular y tener casi seis millones de seguidores en Instagram, para él observar e imitar lo que hacen los famosos en las redes “no es la clave de la felicidad”, sino que defiende que “la vida es ser altruista y retribuir, todo lo demás es una distracción”. De hecho, estos meses el actor estuvo centrado en su faceta más personal, en sus divertidos perros, muy retratados en su perfil de Instagram, y en su familia: está casado con la maquilladora y empresaria Jillian Dempsey, que tiene una línea de cosmética, y ambos tienen una hija, Talula, de 18 años, y dos mellizos de 14 años, Darby y Sullivan. Pero también en defender las causas en las que cree: hizo continuos llamamientos para que los estadounidenses votaran en las elecciones del pasado 3 de noviembre, buscó generar conciencia sobre la importancia de llevar barbijos y estuvo centrado en el mantenimiento de su centro gratuito de bienestar contra el cáncer, el Dempsey Center, del que tiene dos sedes en el estado de Maine y que también tiene una amplia programación y atención virtual para pacientes de todo el mundo.