Uno de los signos más evidentes es la pérdida progresiva de la memoria. Sin embargo, ¿cómo se manifiestan este y otros síntomas en las primeras etapas? Dar respuesta a esta pregunta permite estar en alerta para efectuar un diagnóstico y tratamiento tempranos. Las recomendaciones de los expertos.

Según el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos, la enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo e irreversible que destruye lentamente la memoria y las habilidades de pensamiento y, eventualmente, la capacidad de realizar las tareas más simples. Es la causa más común de demencia en adultos mayores.

Los síntomas del Alzheimer son cognitivos y conductuales, tales como problemas de memoria, de orientación, confusión, entre otros. Sin embargo, ¿qué es exactamente lo primero que se olvida? Dar respuesta a esta pregunta es muy importante para estar alertas a los primeros síntomas y permitir un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuados, que proteja la calidad de vida.

Según la Fundación del Cerebro, organización española sin fines de lucro, los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer ocurren de forma lenta, casi imperceptiblemente, por lo que es difícil identificar su inicio preciso.

El doctor Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó a Infobae: “El Alzheimer es una enfermedad de comienzo muy gradual, siempre evoluciona lentamente tanto en la fase preclínica como en la clínica. En la fase preclínica se van muriendo las neuronas, porque se va acumulando sobre ellas el beta amiloide, que destruye de a poco el esqueleto interno de las neuronas, que se van muriendo”.

El tema es que hasta que no se llega a determinado número de neuronas dañadas esto no tiene una expresión clínica. “Como el daño habitualmente comienza en los hipocampos, que son estructuras del cerebro que están en la cara medial y que tienen que ver con la memoria, cuando el grado de degeneración neuronal llega a un determinado punto, ahí sí, pasamos a la fase clínica donde muy gradualmente, empieza a comprometerse la memoria”, dijo Andersson.

De acuerdo al doctor Secundino López Pousa, médico especialista en Neurología, miembro de la Sociedad Española de Neurología, exjefe de Servicio de Neurología del Hospital Santa Caterina de Salt, Girona, actualmente en la Unidad de Neurociencias de la clínica Bofill de Girona, resaltó en su artículo publicado en la revista Hipocampo: “Es muy importante la prevención y detección de las alteraciones cognitivas que desarrollan las personas a medida que envejecen, y especialmente las que sufren enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la de Parkinson”.

El doctor López Pousa describió: “Es común en ambas enfermedades la existencia de un periodo de tiempo antes de la aparición de los primeros síntomas, que generalmente se sitúa alrededor de unos 15 años. Durante este tiempo las alteraciones clínicas y los síntomas cognitivos apenas son perceptibles, se desarrollan lentamente y son de difícil interpretación. Sin embargo, la actividad neuronal ha ido degenerando y, por tanto, limitando progresivamente las funciones asignadas a las células nerviosas de las áreas afectadas. Muchos de estos cambios, sobre todo al inicio, los atribuimos a la edad, dado que ambas enfermedades se diagnostican después de los 65 años”.

Según la Fundación del Cerebro, “La duración típica del avance de la enfermedad es de aproximadamente ocho a doce años y se divide en tres etapas básicas: temprana, intermedia y tardía. Hay signos tempranos que indican el inicio de la enfermedad de Alzheimer, como el trastorno de la memoria: este se desarrolla gradualmente y tiene la particularidad de que la persona no recuerda los eventos que han tenido lugar recientemente”, se explica en el portal de la institución. Es decir, el olvido de información recién aprendida puede ser un signo temprano de la enfermedad. En este caso es frecuente que las personas afectadas repitan preguntas porque no retienen correctamente la información y pierden el hilo de la conversación

El doctor Andersson explicó qué ocurre en esta etapa: “El tipo de memoria que primero se compromete es la que tiene un tiempo y un lugar. La memoria de lo que estudiamos, si aprendimos una poesía de memoria o o si sabemos que la Revolución Francesa fue en 1789, eso lo vamos a seguir teniendo perfectamente archivado, pero nos va a costar mucho recordar lo que guardamos recientemente en la memoria de nuestra historia. Por ejemplo, qué desayunamos a la mañana; si llamamos o no a Fulanito… todas esas cosas que uno memoriza y que son de hace un ratito”.

Y continuó: “Muchas veces tiene que ver con la memoria de trabajo, donde vamos a notar o van a notar los demás algunas fallas y, en general, son como distracciones porque cuesta archivar la memoria episódica, la histórica, la que tiene un tiempo y lugar. Entonces, la que primero se compromete es la memoria muy reciente, en la medida en que el cuadro se va haciendo más importante el tiempo de compromiso a la antigüedad de los datos va siendo mayor, por eso es que los pacientes que tienen Alzheimer mucho más avanzado se pierden en la casa donde están, pero se acuerdan perfectamente de la casa donde nacieron, por ejemplo”.

De acuerdo a la Asociación de Alzheimer, la mayoría de los casos de esta enfermedad ocurren como resultado de interacciones complejas entre los genes y otros factores de riesgo. La edad, los antecedentes familiares y la herencia son factores de riesgo que no se pueden cambiar. Sin embargo, ahora, las investigaciones han comenzado a revelar claves acerca de otros factores de riesgo que pueden influir, pero sobre los que sí se puede actuar para prevenir.

Dijo el doctor Andersson: “La prevención del Alzheimer es fundamental, pero es un área que está en investigación y en gran parte hoy en día, nos enfocamos en mejorar los hábitos”.