El resultado de la primera vuelta de las presidenciales chilenas no dejó indiferente a los ciudadanos este lunes: algunos sienten miedo por el avance de la ultraderecha, mientras que otros ven este fenómeno con la tranquilidad de que si este sector gobierna el país será más seguro.

Los votantes decidieron este domingo que el ultraderechista José Antonio Kast, que en ocasiones ha defendido la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y el izquierdista Gabriel Boric, abanderado de una formación de izquierdas que cuenta con el apoyo del Partido Comunista, se midan por la presidencia en segunda vuelta, el próximo 19 de diciembre.

La opción de Kast obtuvo la primera mayoría de la jornada electoral, con el 27,91 % de los votos, confirmando el ascenso que pronosticaban las encuestas al engullir el voto más conservador de la derecha que tradicionalmente vota opciones más moderadas, frente al 25,83 % de Boric.

Tiaren, mujer de mediana edad que se encontraba esta mañana en el centro de Santiago, dijo no poder creer que se diera ese resultado después de que los chilenos aprobaran el año pasado con una aplastante mayoría del 80 % abrir un proceso constituyente para desterrar la actual carta magna, aprobada por Pinochet.

Con lágrimas en los ojos, Tiaren dijo sentirse «triste» y «asustada» por ver que, al ser mujer, sus derechos «pueden tener un retroceso» en un eventual Gobierno de Kast, quien es contrario al movimiento feminista y al aborto, hoy aprobado en Chile bajo tres causales.

«Esto abre la puerta a los fascistas para que nos persigan y nos hagan daño«, aseveró.

En un sentido similar se expresó Jennifer, de 20 años, quien dijo que Kast «es una amenaza» para las mujeres y para las disidencias sexuales: «Va a ser un retroceso».

Pilar de Aguirre, de 30 años, abogó por que la gente acuda a votar en la segunda vuelta «para que no salga (vencedora) la ultraderecha». «Tenemos que luchar contra el fascismo«, arengó.

Una postura muy diferente sostuvo Julio Baeza, de 60 años, quien dijo que el resultado que se dio este domingo es el que él esperaba «para que el país siga tranquilo y se termine la delincuencia«.

Kast acapara el descontento de aquellos que vieron en las protestas sociales de 2019 un fenómeno violento y en su campaña ha hecho bandera por la recuperación de la paz, a lo que sumó garantías de seguridad en lo que respecta al conflicto indígena en la zona sur del país, donde él señala un problema de terrorismo.

Otras voces, como la de Nicolás, de mediana edad, alertaron que si gana Kast será «muy difícil que haya estabilidad en el país» y que probablemente se generen «revueltas en las calles».

Al mismo tiempo, dijo que la candidatura de Boric fue «decepcionante» y que, en su opinión, su resultado reflejó «su poca llegada al mundo más obrero».

Finalmente, Mariela, mujer de la tercera edad, señaló que si bien los resultados muestran que Chile está «polarizado», confía en que quien gane lo haga bien y «que sea para mejor».

Según una encuesta publicada este lunes por la casa Cadem, para la segunda vuelta los dos candidatos parten empatados con una preferencia del 39 % entre los chilenos, mientras que un 22 % de los encuestados aún no sabe por quién votará.