Es duda común en la gramática la de los participios de algunos verbos. Si bien casos como “dormido”, “encendido”, “analizado” o “comprado” no provocan ninguna confusión, hay otros conceptos como “imprimir”, “freír” o “proveer” que sí conllevan ciertos dolores de cabeza.

El participio es, en gramática, “la forma no personal del verbo que éste toma para funcionar como adjetivo, sin perder del todo su naturaleza verbal”, explica la Real Academia Española (RAE).

Según la institución, “los únicos verbos que en la lengua actual presentan dos participios, uno regular y otro irregular”, son los mencionados: “imprimir” o “impreso”, “freído” o “frito” y “provisto” o “proveído”, con sus respectivos derivados.

Ambos participios “pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica, aunque la preferencia por una u otra forma varíe en cada caso”, explica la RAE en su Diccionario panhispánico de dudas. La RAE propone los siguientes ejemplos:

  • Hemos imprimido veinte ejemplares. / Habían impreso las copias en papel fotográfico.
  • Nos hemos proveído de todo lo necesario. / Se había provisto de víveres abundantes.
  • Las empanadillas han de ser freídas dos horas antes. / Nunca había frito un huevo.

No obstante, la RAE alerta de otra posible confusión: “No debe asimilarse el caso de estos participios verbales irregulares con el del nutrido grupo de adjetivos procedentes de participios latinos”. Esto es, no se debe confundir con conceptos como “abstracto”, “atento”, “correcto”, “tinto”, etc.

“Algunas de estas formas pueden haber funcionado como participios verbales en épocas pasadas del idioma, pero hoy funcionan solamente como adjetivos”, asegura la institución. Por tanto, no se dice “han contracto matrimonio” o “son correctos por el profesor”, sino “han contraído matrimonio” o “son corregidos por el profesor”.