Comprar ahora y pagar después sigue siendo una forma popular de gastar en boletos de avión a destinos exóticos y lejanos. Pero es también una forma cada vez más común de adquirir alimentos y otros insumos básicos.

Los consumidores de 35 años o menos representan el 53% de los usuarios que usan las opciones de “compre ahora y pague después” (buy now, pay later, en inglés), pero sólo el 35% de los titulares de tarjetas de crédito tradicionales, según LexisNexis Risk Solutions.

Muchos de los principales prestatarios se han sentido tan cómodos utilizando estos préstamos a plazos para adquirir lujos fuera de su alcance, que también los están utilizando para compras cotidianas.

En 2021 y 2022, la ropa y los accesorios fueron la categoría de productos más popular entre los usuarios millennials (de 30 a 44 años) y de la Generación Z (de 18 a 29 años), según el proveedor Afterpay.

Sin embargo, el año pasado esta categoría cayó al cuarto lugar detrás de “artes, viajes y entretenimiento”, “hogar y jardín” y “hardware”, de acuerdo con datos que la compañía proporcionó a NBC News.

Y es que los servicios de “compre ahora y pague después”, que permiten efectuar pagos a plazos con poco o ningún interés, están viendo un rápido crecimiento, hasta el punto de convertirse en una opción rutinaria entre los adultos jóvenes, a medida que los precios suben.

El gasto de los usuarios más jóvenes de Afterpay en muchos productos de primera necesidad ha aumentado en dos y tres dígitos, con un incremento del 465% en lentes de contacto de 2022 a 2023, un 182% en bolsas de basura y un 98% en antisépticos de primeros auxilios. El gasto en líquido para encendedores, piezas de computadoras portátiles y ayudas para los ronquidos y la apnea del sueño superó el 300%.

Pagar los víveres diarios a plazos

Los jóvenes también hacen lo mismo con los servicios de la competencia. Benjamín Espinoza, de 27 años, reabasteció recientemente su refrigerador gracias a una promoción de Instacart y usó Klarna para pagar a plazos su factura de unos 40 dólares.

“Es una lástima que tenga que recurrir a estos medios”, afirmó el editor de video de San Antonio (Texas), que vive con tres compañeros de departamento.

Espinoza explicó que en 2023 ganó menos de 7,000 dólares tras licenciarse en Historia hace dos años. Reconoció que la mayoría de los servicios de pago a plazos no ayudan a los consumidores a construir crédito, pero afirmó: “Es bueno que los tengamos, por el momento”.

Jasmine Parker, de 30 años, también utiliza Klarna para hacer compras básicas, mientras espera que le paguen su cheque. Le permite comprar todo lo que quiere, en lugar de renunciar a algunos artículos, pero aseguró que suele pagar todo su balance sin demoras para no acumular deudas.

“No me gusta deber un montón de dinero”, dijo Parker, quien trabaja en atención al cliente y vive en la zona de Raleigh-Durham, en Carolina del Norte. Añadió que pensar en sus préstamos estudiantiles la estresa.

Algunos usuarios de las redes sociales TikTok y X han estado intercambiando trucos de compra a plazos para hacer frente a los costes más elevados. “Usar afterpay para el supermercado es un alivio”, publicó un usuario de X en diciembre. “Sólo tienes que comprar una tarjeta regalo electrónica y enviártela a ti mismo”.

Según Afterpay, las tarjetas regalo y los certificados son la segunda compra de mayor crecimiento en su categoría de arte y entretenimiento por parte de los clientes millennials y de la Generación Z.

Muchos prestatarios recurren a las opciones de pago a plazos para esquivar las tarjetas de crédito y sus tasas de interés del 20% o más. Pero el hecho de que los usuarios más jóvenes opten por pagar a plazos más artículos de primera necesidad también refleja la creciente utilización de los minicréditos en una economía en la que muchos precios se han disparado.