“Avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús”.

El año 2020 se convirtió para muchos en una carrera de supervivencia, el mundo no estaba preparado para cerrar las puertas de los comercios, escuelas, iglesias, oficinas, toques de queda, cierre de fronteras y países, sin embargo, tuvimos que reinventarnos no solo aprendimos a comunicarnos con nuestros familiares y amigos en la distancia, sino que también se adquirió la modalidad de trabajar y estudiar desde la casa de manera on line.

Como sacado de una película el 2020 se apoderó de las emociones de muchos, algunos nos concentramos en ser productivos y echar mano de nuestra fe, no solo para salir adelante en medio de una situación laboral y económica inesperada, sino también para poder dar ánimo valor fe y esperanza a los más necesitados.

Al comienzo del 2020 se habló incontablemente de la visión 2020, a medida que fueron pasando los meses, parecía desvanecerse la visión perfecta que cada uno le había aplicado a su realidad inmediata, en lo particular el 2020 quedó en mi corazón, sin yo saberlo Dios ya me había preparado para este tiempo, fue el año en el cual pude ver mas de cerca como seres amados buscaron más a Dios, ante la necesidad de una oración por salud y trabajo entre otras cosas, sé que me falta mucho por ver pero le doy gracias al cielo por darme la oportunidad de ser un instrumento en sus manos, la premisa de Filipenses 4:13 es aún más palpable “No, amados hermanos, no lo he logrado,pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante” y es que definitivamente nuestra mirada no debe estar enfocada en el pasado en lo que ocurrió este año sino en el porvenir en hacer uso de nuestras herramientas para ser de bendición a otros, modelar a Jesucristo con nuestras acciones y en estar preparados para su inminente regreso.

¿Sería el 2020 un ensayo? ¿Estaremos listos para irnos cuando Jesucristo regrese? ¿Hemos sido las manos y pies de Jesucristo?

Esta y otras interrogantes deben ser contestadas por cada uno de nosotros, que lo que hemos vivido no solo sea parte de la historia, que sea un precedente para la humanidad acerca de nuestro paso efímero por esta tierra, que anhelemos obtener nuestra ciudadanía en el cielo y compartirla con otros.

Que el 2020 no quede dentro de los momentos mas terribles de tu vida, se que muchos hemos sufrido la partida física de amigos y familiares, pero también hemos visto milagros y prodigios, recordemos que debemos seguir adelante con la misión de vida que nos fue entregada, que cuando Dios nos pregunte que hicimos con la tarea que nos asigno pasemos con altos honores esa asignación.

“No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo”. Filipenses 4:12

Por último, te invito a que tus pensamientos puedan arrasar con las circunstancias adversas, con cualquier amargura que haya en tu corazón, que tus emociones no gobiernen tu vida, sino que seas un reflejo de Jesús. Cuida cada palabra que sale de tu boca y sobre todo las palabras que pronuncias delante de tus hijos y familia.

Tatihana Pozo

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