El jefe del Ejército de Irán, el general mayor Abdolrahim Mousavi, ha afirmado que «la mano criminal de EEUU» y de Israel se «ven claramente» en el asesinato de Mohsen Fakhrizadeh, el prominente científico del sector nuclear iraní fallecido este viernes tras recibir varios balazos cerca de Teherán.

Mousavi aseguró que el Ejército iraní se reserva el derecho de «vengarse de los enemigos», quienes -enfatizó- no podrán impedir con esos actos criminales que el pueblo iraní «progrese y crezca pacíficamente».

Previamente, el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, declaró que hay indicios serios de que Israel tuvo un papel en este crimen.

A su vez, Hossein Dehghan, asesor militar del líder supremo iraní, Alí Jamenei, acusó a Tel Aviv de tratar de provocar una guerra a gran escala con el asesinato del investigador.

«En los últimos días de la vida política de su aliado [el presidente estadounidense Donald Trump], los sionistas buscan intensificar la presión sobre Irán y desencadenar una guerra a gran escala», escribió.

Por su parte, Tel Aviv aún no ha realizado comentarios al respecto.

Los atacantes detonaron un vehículo con explosivos para bloquear la vía antes de abrir fuego contra el coche en el que viajaba Fakhrizadeh, informa Tasnim News.

Tras el tiroteo, el científico fue trasladado de urgencia en helicóptero hasta un hospital, donde murió a causa de la gravedad de sus heridas.

El Ministerio de Defensa iraní ha calificado este suceso como un atentado terrorista.

Israel consideraba que este hombre era una de las personas clave en el programa nuclear militar de Irán.

El difunto lideró el programa Amad, que los países occidentales estimaron que tenía objetivos militares y el Organismo Internacional de Energía Atómica estimó cerrado a principios del siglo XXI.

Al morir en un centro sanitario poco después de sufrir este ataque, Fakhrizadeh «alcanzó el alto estatus de mártir, tras años de esfuerzos y lucha», comunicaron las Fuerzas Armadas iraníes.