El Tribunal Penal de El Cairo condenó el pasado domingo a Haneen Hossam a 10 años de prisión y a pagar una multa de 200.000 libras egipcias. El tribunal, también condenó a Mawada Aladhm y otras tres personas a seis años de prisión, así como se les impuso la misma sanción económica que a Hossam. A todos los condenados se les acusa de «tráfico de personas» y «libertinaje» por sus vídeos en TikTok.

Todo empezó en julio de 2020 cuando la justícia egípcia condenó a Hossam y Aladhm a prisión preventiva por el contenido que subían en redes sociales que, según la ley, violaba los «valores familiares» e iba en contra de la «moral pública».

En enero de 2021, Hossam fue absuelta de los primeros cargos que se le imputaban y se anuló la sentencia de prisión de Aladhm. Sin embargo, la Fiscalía del país ordenó después que ambas tiktokers, junto a otras tres personas, volvieran a ser juzgadas por cargos pendientes de trata de personas. Se las acusa de gestionar cuentas en las redes sociales con el objetivo de “reclutar a mujeres jóvenes para el intercambio de vídeos en la plataforma Likee”. La condena también abarca un cargo de difusión de contenido tachado de inapropiado por las autoridades.

Ambas ‘tiktokers’ niegan con rotundidad todos los cargos que se les imputan.

Mawada Aladhm

LOS ACTIVISTAS PRO-DERECHOS HUMANOS EXIGEN LA LIBERACIÓN DE LAS ‘TIKTOKERS’

Incluyendo a Hossam y Aladhm ya son 9 las creadoras de contenido en TikTok arrestadas este último año por «violar los valores familiares», la trata de personas o por «libertinaje». Por este motivo, distintos grupos y entidades que luchan por los derechos humanos y de las mujeres consideran desproporcionadas todas estas condenas impuestas mediante códigos legales controvertidos y vagamente redactados. Además denuncian que gran parte de las acusadas están sufriendo todo tipo de abusos, técnicas de represión y agresiones por parte de las autoridades, algo que no se puede tolerar.

«Varias de las influencers de redes sociales que están sufriendo las nuevas tácticas represivas de las autoridades mediante el control del ciberespacio para dominar el cuerpo y la conducta de las mujeres y debilitar su capacidad de ganarse la vida de manera independiente denunciaron en su día agresiones sexuales, violaciones de su derecho a la intimidad y abusos en Internet», manifiesta Amnistía Internacional.

Además, los activistas esgrimen que las detenciones se basaron por la vestimenta y la apariencia que las ‘tiktokers’ tenían en las redes sociales, algo que viola de forma flagrante sus derechos constitucionalmente protegidos a la libertad de vestimenta y expresión.

“Las autoridades egipcias deben poner en libertad inmediata e incondicional a todas las influencers de TikTok y retirar los indignantes cargos en su contra. Asimismo deben anular o reformar toda legislación que, en nombre de la ‘moralidad’ o la ‘decencia’, restringe la autonomía corporal, el derecho a la intimidad y el derecho a la libertad de expresión y de creencias”, ha dicho Lynn Maalouf directora en funciones de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África. “Penalizar a las mujeres por ejercer sus derechos no sólo contraviene el derecho internacional, sino que además perpetúa una cultura de desigualdad y de violencia contra las mujeres”.