No fue el mejor partido del Deportivo Táchira. Un empate sin goles con sabor a derrota frente al modesto GV Maracay, que en honor a la verdad y por lo observado a través de la pantalla chica, el mal arbitraje de la juez central, la señorita Calderas, salvó al aurinegro de una inminente derrota, sobre todo por lo enseñado en el segundo tiempo.

Ni ante el “penta” Portuguesa, que se ganó en el tiempo de reposición por un gol salvador del juvenil Jesús Orozco- que esta noche estuvo desapercibido-, mucho menos contra un rival que recién asciende a la Primera División, dirigido por el novel entrenador tachirense Bladimir “Pomponio” Morales, se observó a un equipo amarillo y negro con poca propuesta ofensiva y cuando lo hizo se encontró con el buen arquero Piñero, que al igual que sus compañeros desnudaron y superaron al líder del Grupo B.

El aurinegro tuvo la gran ocasión de iniciar la segunda vuelta con tres puntos de ventaja sobre el Caracas FC, que con el triunfo de 2-0 ante el Portuguesa FC en el primer juego de la doble tanda, apenas lo separa un punto del primer lugar, que de cara al futuro inmediato avizora una lucha sin cuartel en los siete partidos de la
próxima zafra.

No se parece en nada el Táchira de los cinco primeros partidos, que superó con buen fútbol a los rivales que se le pusieron enfrente; y no es que el equipo tenga que zurrar a quien se le coloque al frente, pues los otros equipos también juegan, sino son los hechos los que hablan por sí solos.

Y ojalá que el irregular partido frente al GV Maracay, simplemente sea una mala noche, que en el comienzo de la segunda vuelta, vuelva el ocho veces campeón a enseñar la faz de los primeros compromisos, cuando se le ganó a Monagas, Zamora Metropolitanos y Aragua y un empate ante el Caracas con sabor a triunfo, pues pese a jugar condicionado, sin varios de los titulares, los que relevaron estuvieron a la altura del compromiso.

Tampoco se puede escribir o decir que el Deportivo Táchira es el mejor equipo del mundo cuando gana, y el peor cuando pierde un encuentro. El meollo del asunto está en que comienza a preocupar que cuando apenas se está en el ecuador del Torneo de Normalización, lo que tiene que ver con el Grupo B, se empieza a recular un cambio de faz que preocupa.

La seguidilla de partidos, las lesiones y el darle descanso a algunos jugadores y el ingreso a otros tomando en cuenta lo apretado de la agenda, es cierto; pero así como el Deportivo Táchira puede empezar a sufrir los rigores de un torneo atípico, lo que tiene que ver con la pandemia y el estar concentrado en una ciudad fuera de su bunker, conlleva a que hayan cambios en determinado momento, también le puede a suceder al resto de equipos que hacen vida en los dos grupos de esta contienda jamás vista en los anales del fútbol rentado venezolano.

Restan 21 puntos por disputar, que obliga a cuerpo técnico a dosificar las fuerzas de sus dirigidos, que traten de mantener la tónica de la primera vuelta, merced que los de atrás vienen empujando; y en lo que concierne al Grupo B, equipos como Monagas y Metropolitanos irán tras pelear uno de los cuatro puestos. Por su parte, los que no tengan nada que buscar, ejemplo vivo GV Maracay, tratarán de arañar puntos para no quedar tan mal parados al finalizar el campeonato.

La lucha apenas comienza, ahora es cuando quedan batallas por delante para ir en pos de ganar la guerra, terminar en el primer lugar del Grupo B y con ello el chance de la clasificación directa a la fase de Grupos de la Copa Libertadores deA América 2021 y el derecho a pelear por el título de Campeón absoluto del fútbol rentado venezolano, temporada 2020.