Si visitas la cafetería DAWN en Japón, seguramente quedarás sorprendido al ver que tu mesero no será un ser humano sino un robot. Sin embargo, además de ser un atractivo para los clientes, estos aparatos son los protagonistas de una labor muy positiva.

Se trata de los robots OriHime-D, unos dispositivos que son controlados a distancia por personas con movilidad reducida. El objetivo de este proyecto es disminuir el ostracismo social y laboral.

Más de 40 personas que padecen algún tipo de enfermedad o sufrieron algún accidente que limitó su movilidad, participan en este proyecto.

OriHime-D es controlado a distancia desde un dispositivo táctil o guiado por la mirada. Además, el robot mesero está equipado con una cámara frontal y un micrófono para que su «piloto» pueda desplazarse y comunicarse.

Normalmente se escucha la voz de quien maneja el androide, pero el aparato también está equipado con una voz artificial, para aquellos que no pueden hablar.

Sin duda este proyecto es un esfuerzo por crear un mundo más incluyente en un país como Japón, donde las personas con discapacidad se enfrentan a estigmas y prejuicios.

EL INICIO DEL ROBOT MESERO

Las primeros test del robot mesero en la cafetería DAWN se dieron en 2018. Pocos meses más tarde, las pruebas se detuvieron un periodo tras el fallecimiento del primer «piloto», Yuta Banda.

Banda fue la inspiración para la creación de este mecanismo para reducir el ostracismo laboral y social. Kentaro Yoshifuji, fundador de la cafetería, era su amigo más cercano.

Cuando tenía 4 años, Yuta Banda tuvo un accidente de coche que le causó una mielopatía. Un día, bromeando, Yoshifuji le dijo a Banda que le trajera un café.

«Entonces hazme un cuerpo para ello», respondió Yuta.

Esas palabras se convirtieron en el punto de partida de la cafetería DAWN. La repentina muerte de Banda a los 28 años tomó por sorpresa a Yoshifuji, que persiguió la apertura de la cafetería como si de una última voluntad de su compañero se tratara.