La alianza OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia, ha decidido este miércoles en Viena reducir su producción de petróleo en 2 millones de barriles diarios (mbd), lo que supone el mayor recorte de la oferta desde mayo de 2020, en plena pandemia.

Así lo ha anunciado a la prensa el viceministro de Petróleo de Irán, Amir Hossein Zamaninia, al término de una conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus diez naciones productoras aliadas, entre ellas Rusia y México.

Ahora, en medio de las tensiones inflacionarias que golpean las principales economías del mundo y el riesgo de recesión, la decisión fue justificada por la «incertidumbre que rodea la economía global y las previsiones para el mercado petrolero».

La medida busca evitar más caídas en los precios del crudo y es de esperar que repercuta en más subidas de la gasolina.

Y se da con el petróleo negociándose por debajo de los máximos que alcanzó en verano por los temores a una recesión global por culpa de l a alta inflación y las subidas de las tasas de interés con que los principales bancos centrales la combaten, así como la incertidumbre provocada por la guerra de Ucrania.

Las caídas en los precios habían dado un cierto respiro a los conductores estadounidenses, que vieron caer la gasolina hasta hace unas dos semanas. También había generado cierto alivio en la Casa Blanca y los aliados del presidente Joe Biden de cara a las elecciones de noviembre.

Pero recientemente los precios han vuelto a remontar por la subida en la demanda y la caída en la oferta. La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, anunció el martes que el gobierno no seguirá liberando petróleo de las reservas estratégicas, medida con la que Biden ha buscado contener el precio de la gasolina.

A esto ahora se une el recorte anunciado por la OPEP+, aunque es de esperar que su impacto sea, sin embargo, limitado, ya que hay miembros del cartel que ya de hecho no son capaces de alcanzar su cuota de producción.