El ministro del Interior francés ordenó este martes 24-N una investigación interna de la policía después que se filmó a agentes que expulsaban violentamente a migrantes de sus carpas durante el desalojo de un campamento de protesta en París.

Grupos humanitarios y el gobierno trataban de hallar alojamiento temporario para cientos de migrantes desalojados por la fuerza del efímero campamento en la Place de la République parisina el lunes 23-N por la noche.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, reconoció que algunas imágenes del desalojo tomadas por periodistas y activistas eran “escandalosas”. Ordenó una investigación interna de “ciertos incidentes” y prometió hacer públicos los resultados.

La reacción inmediata de Darmanin ante la indignación contrasta con su enérgica defensa de los agentes policiales en los últimos meses y la respuesta tibia del gobierno a la violencia grave y sostenida de la policía contra los chalecos amarillos y otros activistas en los últimos años.

Durante el desalojo del lunes por la noche, los agentes alzaron carpas con los migrantes adentro y las sacudieron para que sus ocupantes cayeran al suelo, donde los patearon y golpearon con sus bastones, según la jefa de Médicos Sin Fronteras en Francia, Corinne Torre.

Organizaciones como Amnistía Internacional elevaron su reproche reclamando una investigación parlamentaria sobre las violaciones de los derechos de los inmigrantes y refugiados y recalcaron que si esas imágenes sorprenden es porque reflejan «una realidad, la de las prácticas policiales abusivas».

Grupos humanitarios y legisladores parisinos dijeron que instalaron el campamento para llamar la atención sobre la suerte de cientos de migrantes que fueron desalojados la semana pasada de otro campamento a la sombra del estadio nacional y que dormían desde entonces en las calles por falta de alternativa.

La mayoría de ellos son afganos, somalíes o etíopes, a algunos se les ha negado el asilo mientras otros se encuentran en un limbo burocrático, dijo Torre.

La asociación Utopia 56 denunció en Twitter que tanto las tiendas como las cerca de 1.000 mantas distribuidas a esos inmigrantes y demandantes de asilo habían sido ofrecidas por colectivos humanitarios gracias a donaciones de los ciudadanos.

La jefatura de policía dijo en un comunicado que desalojó el campamento République porque era ilegal e “invitó” a los migrantes a alojarse en los lugares ofrecidos por el estado o los grupos humanitarios.