El Servicio Penitenciario Federal (SPF) de Rusia amenazó este lunes 28-D con una pena de cárcel al líder opositor, Alexéi Navalni, convaleciente en Alemania de un envenenamiento en agosto con un arma química, si no se persona inmediatamente en sus oficinas.

Según el comunicado oficial colgado en su página web, el SPF acusa a Navalni de incumplir con su obligación de someterse a inspección por la condena suspendida de 3,5 años que le fue impuesta en 2014 por un caso de estafa y lavado de dinero a la compañía Yves Rocher Vostok.

El SPF destaca que, según la revista Lancet, que publicó la pasada semana el análisis médico del opositor, Navalni fue dado de alta el 20 de septiembre y el 12 de octubre ya había superado «todas las secuelas» de la enfermedad.

Por ello, añade, el condenado no cumple con la obligación que le fue impuesta por el tribunal y «se niega al control por parte de la inspección penitenciaria».

Recuerda que la legislación contempla un castigo para dichos casos, entre los que figura la anulación de la pena suspendida y su sustitución por una real, es decir, tres años y medio de prisión.

El SPF insiste en que dicha notificación sobre la necesidad de personarse en sus oficinas a las 9:00 de la mañana del martes 29-D ha sido remitida a su abogado, lo que ha sido confirmado por éste, Vadim Kobsev, en Twitter.

En un primer momento el período de prueba para el opositor fue de cinco años, pero después fue prolongado hasta el 30 de diciembre de 2020.


Navalni no tardó en reaccionar en Twitter desde Alemania: «El SPF, basándose en el artículo de Lancet, exige que me encarcelen. Pero, disculpen, el artículo trata de que yo fui envenenado con Novichok. Eso significa que a nivel oficial el Estado reconoce el envenenamiento. ¿Dónde está el caso penal?».


Navalni, que fue envenenado en agosto pasado en Siberia con el agente tóxico Novichok, asegura que piensa volver a su país cuando reciba el visto bueno de los médicos alemanes.

El servicio penitenciario se ha dirigido en varias ocasiones a los tribunales para que condenen a Navalni a una pena real, aunque el Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideró en 2017 que las sentencias contra el opositor y su hermano Oleg, que sí fue a prisión, fueron «arbitrarias».

Precisamente, debido a sus antecedentes penales Navalni fue inhabilitado y no pudo enfrentarse al presidente, Vladímir Putin, en las elecciones presidenciales de marzo de 2018, en las que este último fue reelegido.

Navalni ha logrado irritar de nuevo al Kremlin en las últimas semanas al publicar dos vídeos en los que acusa al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de estar detrás de su intento de asesinato.

El segundo vídeo incluía una conversación telefónica con un supuesto químico del FSB, Konstantín Kudriavtsev, quien desveló que Novichok fue rociado en el calzoncillo del opositor en un hotel de la ciudad siberiana de Tomsk.

El presidente ruso replicó en rueda de prensa que EE UU está detrás de dicha investigación y, por primera vez, justificó el hecho de que el opositor fuera vigilado por el FSB por contar con el apoyo de los servicios de inteligencia estadounidenses.

Putin negó que haya pruebas para la apertura de un caso penal, aunque el Comité de Instrucción sí abrió esta semana un expediente penal por allanamiento de morada cuando la colaboradora de Navalni, Liubov Sobol, acudió al domicilio de Kudriavtsev en Moscú.