Una de las recomendaciones es evitar el exceso de sal, pues aunque es necesaria en grandes cantidades provoca daños en riñones, venas, arterias, infartos y accidentes cerebrovasculares

El sedentarismo después de meses de aislamiento y múltiples situaciones de estrés y ansiedad dificultan planear y seguir una correcta alimentación con comidas en horarios establecidos y de alto contenido de nutrientes, lo que hace que haya más riesgo de padecer colesterol elevado.

Sin duda hay problemas, pero lograr mantener el cuerpo sano es posible. Se requiere de una alimentación adecuada a la edad, peso, condición de salud y estilo de vida, la práctica constante de ejercicio y el compromiso por mantener buenos hábitos como el consumo de agua, dormir entre 7 y 8 horas al día y evitar los excesos.

Haz que cada plato sea uno placentero. La cuestión es sencilla: planea un menú semanal. Cuando no lo haces, pierdes tiempo cada día al pensar qué preparar, realizando compras y cocinando. Si organizas un menú semanal, puedes enfocar estos esfuerzos en uno o dos días donde cuentes con más tiempo, ahorras dinero y evitas consumir comida exprés con nulo aporte nutricional.

Reduce el consumo de grasas. Cocina a la parrilla, asado, al horno, hervido o al vapor. Evita los guisos empanizados y capeados; sustituye quesos, crema y mantequilla por cottage, requesón o yogur natural.