Diversas fuentes señalaron que en el Banco Central de Venezuela (BCV) se están analizando opciones para «relanzar» el bolívar.

Formalizar la dolarización está firmemente descartado e incluso autoridades económicas señalaron que la divisa estadounidense jamás será moneda de curso legal en el país, aunque Nicolás Maduro vea con buenos ojos la dolarización transaccional.

De acuerdo con análisis desarrollados por Aristimuño Herrera & Asociados, alrededor de 70% de las transacciones que ocurren en Venezuela se realizan con divisas, no solo dólares, sino pesos colombianos y euros.

La proyección es que, al cierre del próximo año, ese nivel de predominio de monedas extranjeras se mantenga. Las perspectivas no son buenas para el histórico bolívar.

Sin embargo, César Aristimuño, economista y director general de la consultora Aristimuño Herrera & Asociados, estimó que durante el primer semestre del año 2021, el Banco Central de Venezuela (BCV) ejecute una reconversión monetaria en el país, con la eliminación de al menos tres ceros al cono vigente.

La dolarización de facto «va a continuar, pues la misma ciudadanía la ha impuesto», dice el experto.

La reconversión es el cambio de escala monetaria de la divisa, suprimiéndole ceros de su denominación. Por ejemplo, 100 mil bolívares de hoy se pueden convertir en 100 o en 1, si le quitan tres o cinco ceros al bolívar, una medida que es un reconocimiento tácito del proceso inflacionario.

No es el remedio

La reconversión monetaria logra una mayor eficiencia en el sistema de pagos con el manejo de cifras más pequeñas, y facilita las operaciones comerciales, así como el cálculo de todas las transacciones económicas, como los registros contables.

Aristimuño recordó, en conversación con Banca y Negocios, que en Venezuela van dos reconversiones monetarias: en 2008, cuanto la autoridad monetaria eliminó tres ceros a la divisa nacional y una década después, en 2018, cuando se le suprimieron cinco ceros más.

“Son ocho ceros que se le han quitado a la moneda, ninguna de estas dos reconversiones han logrado el objetivo de bajar los altos niveles de inflación e hiperinflación que hemos tenido en Venezuela en los últimos años», dijo.

Aristimuño sostiene que un nuevo ejercicio de este tipo, tampoco cumplirá ese objetivo. La reconversión es una consecuencia de la inflación, y puede ser parte del remedio, pero se requiere mucho más, en términos de estrategia económica, para derrotar al mayor flagelo de la economía venezolana.

La firma Aristimuño Herrera & Asociados sostiene que la inflación será, en todo caso, inferior en 2021 a la que registremos al cierre de este año. La consultora estima que la variación de los precios al cierre del próximo ejercicio anual será de mil 695%, al menos 750 puntos porcentuales menor al indicador de 2020, medido por la Asamblea Nacional.

El economista César Aristimuño sostuvo que la economía del país lo que ha hecho es agravarse: «el Producto Interno Bruto (PIB) ha tenido una contracción en más de 75 % en los últimos cinco años, con unos niveles de devaluación realmente impresionantes, a pesar de que esta ha venido desacelerando su velocidad en los últimos dos años».

Manifestó que las reconversiones hechas en el país se han centrado en quitarle ceros a la moneda, pero «no han venido acompañadas de medidas adicionales de ajuste monetario y fiscal» que permitan el crecimiento económico de la nación.

«La ciudadanía ha anticipado la reconversión monetaria, quitándole actualmente tres ceros a la moneda. A nivel popular dicen mil para no decir un millón, pues ya la gente percibe el valor real del bolívar y saben que con mil bolívares no se compra absolutamente nada”.

Igualmente «están conscientes que con un millón de bolívares no se puede comprar ni un paquete de harina precocida», resaltó.

Aristimuño espera que el Gobierno haya aprendido de los errores de las dos reconversiones anteriores y considera que se debe despolitizar la economía: «La economía brinda oportunidades de crecimiento y desarrollo cuando se gestiona sin dogmas políticos o ideológicos».

El economista subrayó que la «única manera» de que el bolívar retome su posición como signo monetario «es que se adopten las medidas adecuadas que derroten la inflación y conlleven a darle a nuestra moneda una suficiente y efectiva capacidad de compra».

La clave está en el sector privado

César Aristimuño indicó que la decisión de partida que se debe implantar son medidas que estimulen la recuperación del aparato productivo. Esa debe ser la prioridad. «Hay que generar confianza con estímulos y certidumbre al sector privado».

Enfatizó que las empresas que están en manos del Estado deben volver al sector privado para que sean nuevamente productivas, con mecanismos de transparencia, en este proceso, para generar confianza. Igualmente señaló que el «Banco Central de Venezuela (BCV) debe devolverle la actividad crediticia al sector financiero».

Ni el bolívar fuerte ni el bolívar soberano han derrotado la inflación, sus resultados han sido totalmente contrarios, puntualizó Aristimuño. Coloca como ejemplo que 70 bolívares de hoy son equivalentes a 7 millones de bolívares de antes de las reconversiones, ejecutadas en el país.

Por esa razón finalmente señaló que la reconversión, sino se conjuga con medidas de política monetaria, fiscal y un plan económico que permita elevar la oferta de bienes en el mercado, mediante estímulos a la producción, de nada va a servir.