La deficiencia de los servicios públicos en Maracaibo es una cruz de plomo que, por muchos años, han tenido que cargar los ciudadanos de esta tierra. Pero esta realidad no es exclusiva de la capital zuliana. La crisis se visualiza en cada una de las localidades del territorio nacional, en menor o mayor proporción.  

A juicio del alcalde, Rafael Ramírez, el problema radica en que un servicio que no cuesta nada, no funciona. “La población ya tiene demostrado que la política de lo gratis no es buena. Los servicios públicos gratuitos no existen y si existen, no sirven», enfatiza.

Desde su despacho, de cara a la plaza Bolívar, el burgomaestre se toma un tiempo para informar sobre su gestión al frente de la segunda ciudad más importante de Venezuela.  La distribución de agua potable, la recolección de basura y el transporte son los tres grandes problemas que enfrenta este municipio.

Ramírez también está consiente que las fallas del gas doméstico, el deterioro de importantes vías de comunicación, la falta de alumbrado público y un sinfín de males, se suman a las plegarias de los maracaiberos.

El mandatario municipal asegura que muchos de esos problemas “no fueron resueltos en la gestión pasada por falta de voluntad». Así lo recalca:  «Encontré al menos ocho organismos llenos de murciélagos (abandonados), que no abrían. Además de pintura en la calle no encontramos nada”.

Pone como ejemplo el caso de residencias del Club Hípico, ubicada en la parroquia Raúl Leoni, una de las primeras comunidades que visitó. «Cuando llegué, la encontré inundada de aguas residuales y basura. Tras la inspección de la Dirección de Aguas se determinó que esta comunidad solo necesitaba de 31 metros de colectores. Con ese trabajo resolvimos un problema que tenía dos años afectando a los habitantes y la vialidad hacia Los Modines y La Rotaria», explica Ramírez. 

El burgomaestre asegura que maneja un presupuesto limitado, hecho y aprobado durante la gestión de Willy Casanova. El cálculo de gastos para la capital del Zulia se hizo por un monto de 118 millones de bolívares, una cifra deficiente para cubrir todas las necesidades de la municipalidad en 2022, indica.