El caso de la economista mexicana Paola Schietekat , condenada a un castigo medieval por denunciar un abuso, ha recordado al mundo la falta de garantías para la mujer en Qatar, el país árabe que acogerá a finales de este año la Copa Mundial de Fútbol 2022.

La joven, de 28 años, denunció una agresión sexual en Qatar el 6 de junio de 2021 por un conocido suyo de origen latino que ingresó en la noche a su departamento de Doha mientras ella dormía.

Schietekat estaba en Qatar desde 2020 para trabajar como economista en el Supreme Comittee for Delivery and Legacy, el organismo del Gobierno catarí que se dedica a organizar el Mundial.

La mexicana denunció al hombre por irrupción en domicilio y agresión, y lo que él hizo fue decir que eran pareja sentimental para atenuar los cargos en su contra.

Las autoridades de Qatar iniciaron una investigación por el delito de «convivencia fuera del matrimonio», una falta grave bajo la legislación local.

Finalmente la acusaron de tener una relación fuera del matrimonio con el agresor, algo que en ese país está penado con 100 latigazos y siete años de cárcel.

La pena no se concretó gracias a que Schietekat logró salir de Doha y viajar a México, pero tuvo que dejar «su trabajo soñado», según ha dicho a varios medios.

La ONG Human Rights Watch (HRW) pidió a Catar poner fin a este caso judicial. «Las autoridades cataríes deberían abandonar inmediatamente estos cargos que no están reconocidos por el derecho internacional y deberían investigar más bien la agresión física que reportó», dijo Rothna Begum, experta en derechos de las mujeres de esa entidad.

«Me pidieron una prueba de virginidad»

Ahora el caso ya se ha resuelto porque un juez de Qatar puso fin al procedimiento penal. En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) explicó que en la audiencia del 3 de abril, la abogada de Schietekat «sometió a la consideración del juez y del procurador fiscal los argumentos legales de defensa», por lo que el juez determinó «dar por concluido el procedimiento penal».

«El 26 de junio de 2021, ella retornó a México, desde donde ha continuado su proceso en libertad», expuso la SRE, quien dijo que en todo momento Schietekat ha contado con representación legal.

La mujer, que ya sufrió un abuso sexual en su adolescencia, acudió a la embajada mexicana tras su agresión en Qatar con fotografías del maltrato y denunció el caso ante la justicia local, regida por leyes islámicas.

» En cierto punto me exigieron una prueba de virginidad. Por alguna razón yo había pasado a ser la acusada», escribió la denunciante en su blog.

HRW pidió a Catar que derogue la legislación que penaliza las relaciones sexuales consentidas entre adultos no casados y que proporcione un mejor apoyo médico y jurídico a las víctimas de agresiones sexuales.

«Durante grandes eventos deportivos como la Copa del mundo, el riesgo de violencias sexuales aumenta de manera considerable por el número de personas presentes», explicó HRW.

En Qatar, «la policía no suele creer a las mujeres que denuncian violencias, en particular las mujeres extranjeras», subraya Behum.

La Fifa dijo que estaba «consciente de la situación que implica a Schietekat» y que después de la agresión tenía que «recibir todos los cuidados y la asistencia apropiada».