Colombia cumplió con la tarea que venía aplazando desde finales del año pasado. Este jueves aseguró, por fin, la clasificación al Mundial de Norteamérica 2026, con un resultado más que lógico por la diferencia de nóminas con su rival, un 3-0 amplio contra una Bolivia que dio pelea.  

Era un partido para armarse de paciencia. Los nervios acechaban, Bolivia llegaba vivo y por eso no se metió tan atrás como muchos esperaba, pero igual planteó un partido para morder, para no dejar mover a los rivales y, si la defensa colombiana lo permitía, intentar alguna cosa.La presión era grande. Y más para Jhon Córdoba, que venía fallando en las últimas fechas y a quien el técnico le terminó poniendo un fantasma en el banco llamado Dayro Moreno. El delantero que con el Krasnodar anda dulce tuvo dos en esa primera etapa: una se la atajó el portero Carlos Lampe y la otra la desvió. Y el arquero, además, tuvo suerte y acabó sacando con la rodilla un gran remate de cabeza de James Rodríguez, tras un centro de Luis Díaz.

James Rodríguez abrió el camino: el primer gol de Colombia

Los bolivianos parecían tapar la salida por la izquierda, por donde Díaz y Jhon Arias se juntaban sin mucho éxito. Y cuando la tribuna ya comenzaba a corear el ‘Dayro, Dayro, Dayro’, otro experimentado, James Rodríguez, destrabó el partido: cayó al área a buscar un pase desde la derecha de Santiago Arias y le pegó de primera. El Metropolitano estalló a los 31 minutos.

La ventaja trajo algo de tranquilidad desde el momento del gol hasta que se acabó la primera etapa. Pero la presión volvió a subir tras la reanudación, cuando la Selección parecía apagarse, los dos equipos respiraban con dificultad por el clima. A esa altura, ya pocos preguntaban qué estaba pasando en el Monumental de River, donde Argentina le ganaba a Venezuela con un golazo de Messi y aseguraba la clasificación. Después de una hora de juego, cuando otra vez el corito bajaba de las tribunas y empezaba a llover, Lorenzo movió el equipo. James se fue agotado para el ingreso de Juanfer Quintero y Jaminton Campaz sustituyó a Jhon Arias. Los cambios no le sentaron bien a Colombia, que ya llegaba poco y nada y Bolivia se la jugaba por una última opción de repesca. Parecía que los equipos hubieran intercambiado uniformes para el segundo tiempo y el que manejaba la pelota era Bolivia.

El contragolpe que calmó las aguas: Jhon Cordoba se sacudió

Cuando la calma se perdía, apareció en un contragolpe, una fórmula que tal vez no estaba en los planes, el 2-0 para Colombia, en el minuto 74, gracias a una pareja que se conoce desde hace muchos años, desde los tiempos del Suramericano Sub-20 del 2013: Juanfer metió un pelotazo al vacío y Córdoba le pegó con rabia. Menos mal la malla del arco norte del Roberto Meléndez estaba muy bien fijada, porque con la fuerza que le dio era para romperla. Acabó quitándose la camiseta, sacudiéndose la sal y dedicándole el gol a la tribuna.

El tanto de Córdoba descomprimió el ambiente y Colombia comenzó a jugar, ahora sí, con comodidad, contra un rival que se resignó a su destino y ya solo le quedaba esperar a que el reloj corriera para comenzar a pensar en luchar por el repechaje el martes contra Brasil en El Alto. Ya Lorenzo le dio gusto a la tribuna y Dayro entró a la cancha en lugar de Córdoba, que se fue con merecidos aplausos, mientras Juan Camilo Portilla sustituía a un enorme Jefferson Lerma. Había tiempo para un gol más y la jugada se la inventó Luis Díaz, que rompió el cerco para cruzar la pelota a donde estaba Juanfer, que definió con un toque cargado de clase. Ahora sí, la goleada que pedía la tribuna antes del partido apareció en el marcador. Colombia vuelve a un Mundial después de ocho años. Tal vez no debió sufrir tanto. Ahora viene la construcción del equipo que quiere mejorar lo hecho en Brasil 2014.