Una hembra de hurón de patas negras se convirtió en el primer ejemplar clonado de una especie nativa de Norteamérica en peligro de extinción. Esto es un avance significativo para poder recuperar más ejemplares de la especie Mustela nigripes, casi extinta hace años. Elizabeth Ann es el nombre de esta hembra recién nacida.

Elizabeth Ann está viviendo en el Centro de Conservación de Hurones, en Colorado. Allí se está criando junto al resto de los ejemplares de esta especie con total normalidad. Esta es la primera vez que se logra un avance de este tipo para recuperar la población de hurones de patas negras.

La creación de esta hembra se logró gracias a un conjunto de células congeladas conservadas desde hace 30 años, cuando la especie empezó a estar en peligro de extinción. De hecho, se creía que estaba extinta desde 1981.

LOS BENEFICIOS DEL NACIMIENTO DE ELIZABETH ANN

Para poder clonar a este hurón de patas negras distintas organizaciones se asociaron. Así, el proyecto estuvo dirigido por las siguientes instituciones: el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, Revive & Restore, ViaGen Pets & Equine, San Diego Zoo Global y la Asociación de Zoológicos y Acuarios.

Noreen Walsh, directiva del Servicio de Pesca y Vida Silvestre, señaló que todas estas organizaciones se unieron para lograr “la primera clonación de una especie nativa en peligro de extinción en América del Norte». Además, en declaraciones publicadas por el diario Página/12, aclaró que esto «proporciona una herramienta prometedora para los esfuerzos continuos para conservar al hurón de patas negras”.

Especialistas del Servicio de Pesca y Vida Silvestre explicaron que la clonación puede ayudar a conseguir la diversidad genética de la especie. Esto generará que los hurones de patas negras creen barreras de resistencia a las enfermedades y así poder lograr el restablecimiento de poblaciones adicionales en la naturaleza.

A su vez, Walsh explicó que sin una cantidad adecuada de diversidad genética, una especie puede ser más susceptible a enfermedades y anomalías genéticas. También se condiciona la adaptabilidad de las condiciones en la naturaleza y se genera una tasa de fertilidad disminuida.

UNA RESERVA ANIMAL CONGELADA

Uno de los últimos hurones rescatados, pero sin crías, fue Willa. Este animal fue «el padre» de Elizabeth Ann. En su momento, el Departamento de Caza y Pesca de Wyoming (Estados Unidos) tuvo la previsión de guardar sus genes. Luego, envió muestras de su tejido al Zoológico Congelado de San Diego Zoo Global en 1988.

Allí se almacenan otras especies que también tienen riesgo de extinción. De hecho, se espera poder aplicar este mismo proceso en otros animales de los cuales quedan pocos en el planeta.

En 2018, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre emitió el primer permiso para la investigación de clonación de esta especie en peligro de extinción. Esto permitió a la organización Revive & Restore iniciar análisis genéticos y pruebas piloto.

A partir de estas investigaciones, ViaGen Pets & Equine creó con éxito embriones de la línea celular congelada. Luego, los implantó en un hurón sustituto doméstico y así nació Elizabeth Ann.

Además, un estudio genético reveló recientemente que el genoma de Willa posee tres veces más variaciones que la única población viva. Esto significa que si Elizabeth Ann se aparea y se reproduce con éxito, podría proporcionar una diversidad genética.