Con resultados en 15 minutos y una gran fiabilidad -con matices, más adelante lo veremos en este artículo-, los test de antígenos están llamados a ser las estrellas de esta segunda oleada de covid-19. Casi todas las administraciones los usan ya para comprobar la infección de las personas que desarrollan síntomas, e incluso para hacer rastreos en contactos estrechos, o cribados masivos. Y es ahí donde surgen las dudas, los debates, las confusiones. ¿Para qué sirven los test de antígenos? ¿Cuándo deben usarse? ¿Quiénes y dónde deben realizarse? 

Mientras algunas voces se muestran contrarias a usarlos en cribados poblacionales porque dan falsos negativos en asintomáticos y en gente con pocos o muchos días de infección, otras dicen que los falsos negativos son en realidad individuos no infectivos. Los test de antígenos detectan la proteína que recubre al SARS-CoV-2, que es la que el virus utiliza para entrar en las células sanas e infectarlas.

Para su fiabilidad óptima se debe realizar la prueba en pacientes con menos de cinco días de evolución desde el inicio de síntomas, porque es cuando mejor detecta el virus.

Es una prueba fiable con una sensibilidad superior al 93% y especificidad superior al 99%. Pero para determinadas circunstancias, los test están validados para pacientes que sean sintomáticos; es decir, que tengan una manifestación clínica. Si uno empieza en el día cero a tener síntomas, la sensibilidad de estos test es alta cuando se hacen en los primeros cinco días de evolución. 

El problema de realizarle estos test a los asintomáticos, o a los contactos estrechos de un positivo, es que no sabes si acaba de contagiarse, si realmente no está contagiado. No sabes cuándo un asintomático que en realidad tiene el virus ha tenido la infección, no sabemos si está en fase creciente o decreciente. De tal forma que hoy le haces el antígeno y mañana puede tener una carga más alta, y sí ser contagioso.

Pruebas rápidas de covid-19

Los investigadores del Instituto de Salud Carlos III (España) consideran que sí, y en su informe de validación de estas pruebas escriben: «Su fiabilidad es similar a la de las PCR, ya que le hicieron a 92 pacientes asintomáticos -en los que habían pasado siete días desde el contacto con un positivo confirmado- las dos pruebas y las dos detectaron los mismos 23 positivos».

Los falsos negativos en los test de antígenos son algo superiores a los de las PCR. Pero los investigadores consideran que esto no es un problema sino una ventaja, porque detectan solamente a los asintomáticos contagiosos, no a los que no pueden infectar a otros.

Su investigación parte de la base de que las PCR, al detectar el ARN del virus, pueden dar positivo incluso cuando el portador del virus ya no es contagioso. Es decir, que al ser tan precisa la prueba detecta incluso restos del virus sin capacidad de infectar. 

Hay que tener en cuenta para hacer una PCR se multiplica la muestra del paciente, y ese material genético multiplicado se analiza para ver si se halla entre él el ARN del virus.

Si bastan menos de 25 ciclos de multiplicación, significa que hay mucho virus en la muestra. Es decir, que la carga viral es alta y el pacientes es contagioso. En estos casos, los test de antígenos han detectado con éxito el 99% de las muestras que fueron positivas en la PCR.

Si hacen falta entre 25 y 30 ciclos para hallar ARN del virus en la muestra del paciente, eso quiere decir que esa persona aún tiene una carga viral capaz de contagiar, aunque menos que en el primer caso. En este supuesto los resultados de los test de antígenos coincidido con los de la PCR un 90% de las veces.

Por encima de 30 ciclos, la sensibilidad de los tests de antígenos cae a un 57%. Pero se considera que estas son muestras que no comportan riesgo de contagio.

Este hallazgo representa un avance potencialmente útil para la detección masiva de personas asintomáticas porque si solamente se detecta a los asintomáticos que pueden contagiar, se puede aislar solo y exclusivamente a los que representan un riesgo para la expansión de la pandemia. 

Es decir, que según este estudio los falsos negativos no serían importantes porque los están arrojando pacientes sin capacidad de contagio. Es poco probable que los pacientes que han dado postivo en PCR y negativo en el test rápido de antígenos sean contagiosos.

Si el test sale negativo es porque la carga viral es baja, y si la carga viral es baja es muy probable que no contagie.

La agencia que regula los medicamentos en Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha lanzado una alerta a los laboratorios basándose en una investigación de la Universidad de Arizona. Detectó que estos test pasaban de una fiabilidad comparada del 80% con la PCR en personas con síntomas a una fiabilidad de sólo el 32% en asintomáticos.

Y son importantes, porque el porcentaje de positivos es uno de los indicadores que se tienen en cuenta en todo el mundo para adoptar restricciones a la población. 

La FDA explica que un test con una fiabilidad del 98% perderá ese valor si se aplica en poblaciones en las que sólo una minoría tiene el virus, como suele suceder en los grandes cribados. Calcula, por ejemplo, que en un grupo en el que sólo el 1% esté infectado, la fiabilidad caerá al 30%, lo que significa que 70 de cada 100 casos positivos sería falso.

Especialmente polémico es el asunto del personal y método para realizar los test. Esto no es una prueba para que la haga una persona en su casa, no es una prueba de autodiagnóstico.

A quien se la vamos a hacer es una persona que al menos está bajo sospecha de tener una enfermedad infectocontagiosa. «Hay que hacer una toma de muestra como la de la PCR, que, en principio, parece sencilla pero hay que hacerla con un equipo de protección individual», explica Cantón.

El paciente podría lesionarse la nariz, ya que la introducción del hisopo debe ser profunda. 

La prueba puede no ser la que creemos. Hay que controlar qué tipo de antígeno se compra, porque, «ojo, hay un mercado residual de los kits que se utilizaron en el mes de abril y que no servían. No vayamos a confundirnos, porque a lo mejor son de aquellos que tienen una sensibilidad muy mala. Aquí sí que habría que hacer un llamamiento para decir que esto tiene que estar en manos del sistema sanitario o de los servicios de riesgos laborales, de los profesionales, hoy por hoy», advierte el infectólogo.

Hay que notificar los resultados para poder avanzar en el control epidemiológico de la pandemia de covid-19. Opina Rafael Cantón que «la gestión de la información es fundamental. Lo que no podemos hacer es incluir una prueba para el control de la pandemia y que luego no se gestionen los datos de forma adecuada. Cuando se hacen las PCR, los aparatos están conectados a sistema informáticos, códigos de barras, todo está muy organizado».

Sin embargo, la principal ventaja de los test de antígenos frente a las PCR es que, a pesar de que puedan ser algo menos precisos que aquellas, son mucho más baratos.