El papa Francisco impartió este viernes 25 de diciembre la bendición de Navidad. En su discurso mencionó los distintos conflictos en el mundo y dedicó unas palabras a los países de América Latina golpeados por el avance del virus.

Antes de la bendición Urbi et Orbi, el pontífice expresó: “Que la Palabra eterna del Padre sea fuente de esperanza para el continente americano, particularmente afectado por el coronavirus, que ha exacerbado los numerosos sufrimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico. Que ayude a superar las recientes tensiones sociales en Chile y a poner fin al sufrimiento del pueblo venezolano”.

Por otra parte, hizo referencia a Chile y pidió que el niño Jesús “ayude a superar las recientes tensiones sociales” en esa nación.

Francisco también sostuvo que “en este momento de la historia, marcado por la crisis ecológica y por los graves desequilibrios económicos y sociales, agravados por la pandemia del coronavirus, necesitamos más que nunca la fraternidad”.

Además, instó a quienes tienen responsabilidades a que se garantice la vacuna a todos, “sobre todo a los más vulnerables”. Y rogó para que los nacionalismos cerrados, el individualismo y la ley del mercado no impidan que las vacunas lleguen a todos. “Vacunas para todos”, reclamó.

Por último, manifestó: “Mi pensamiento se dirige a las familias que no pueden reunirse hoy”.