La situación de la pandemia de la covid-19 es muy frágil en la Amazonía de Brasil. La cantidad de hospitales es muy baja, están colapsados y los insumos son escasos. Las personas que se enferman deben enfrentarse a una situación sanitaria muy compleja.

La falta de recursos, principalmente de oxígeno, se ha convertido en una tragedia adicional a la que ha causado la pandemia: cerca de 7 mil 500 muertos y 258 mil casos de coronavirus en el Estado Amazonas.

En la capital de este Estado, Manaos, los hospitales están cada vez más colapsados. Es la única ciudad que cuenta con camas disponibles en la Unidad de Cuidados Intensivos. En paralelo, al menos 296 pacientes con síntomas graves ya han sido trasladados a otros estados de Brasil.

Esta situación es el mayor reflejo de la caótica gestión del Covid-19 en el país, donde el virus ya deja más de 220 mil muertos y casi 9 millones de contagios, según el ministerio de salud.

LA HISTORIA DE ILTON ALVES

Ilton Alves es un paciente de 63 años. Tiene covid-19 desde hace al menos diez días. Cuando presentó síntomas, fue a una guardia médica donde le asignaron un hospital de Manaos para que fuera atendido. Sin embargo, cuando llegó, estaba colapsado.

Le pidieron que volviera su casa. Pero su cuadro empeoró y necesitó de oxigeno, algo que no consiguió en ningún hospital del lugar. Tuvo que pagarlo de su propio bolsillo. Ni su seguro médico privado ni la red pública le han atendido, ni le dieron los medicamentos necesarios.

Esto se debe al colapso del sistema sanitario en la zona amazónica y la escasez de recursos médicos que hay para contener la pandemia.

«Nunca imaginé que necesitaría oxígeno en casa, porque nosotros teníamos un seguro de salud», dijo Ilton desde su casa en Manaos.

Todos los días recibe la visita de una fisioterapeuta para ejercitar los pulmones y sobreponerse así a las secuelas del coronavirus. «No necesitaba que me ingresaran, pero al menos que me atendieran, que me prescribieran un medicamento, pero no conseguí nada», contó.

De acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud, preocupa la nueva mutación del virus que apareció en Brasil. Al menos ocho países ya han identificado esta variante en su territorio, entre ellos Japón, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido.

LA CAÓTICA GESTIÓN DE BOLSONARO

Desde que empezó la pandemia, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se ha aferrado a una gestión ha sido tildada de negligente por expertos y figuras políticas alrededor del mundo. Esta manera de hacer las cosas se ha visto previamente reflejada en cuestiones como los graves incendios que afectaron al país hace unos meses.

Aferrándose a intereses religiosos, antivacunas y conspirativos, llegó a proponer curas contra la covid-19 que habían sido descartadas o no avaladas por las autoridades médicas, como la hidroxicloroquina. Éste es un fármaco utilizado para combatir la malaria, pero no hay evidencia científica que respalde su uso para tratar la infección del nuevo coronavirus. Bolsonaro incluso llegó a cuestionar una posible vacunación masiva y obligatoria.

Sin embargo, parte de la población no está de acuerdo con la visión del mandatario. Una encuesta realizada por el Instituto Datafolha en las ciudades de Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte y Recife, con 3 mil 592 personas, mostró que 70% de los encuestados piensa que la inmunización contra la covid-19 debería ser obligatoria, y el 75% de ellos pretende vacunarse tan pronto como las dosis estén disponibles.

Recientemente se alzaron protestas masivas contra el mandatario a raíz de la gestión que está haciendo de la pandemia en Brasil. El pasado sábado hubo caravanas de vehículos y hasta de bicicletas en al menos 50 ciudades. Los movimientos sociales y sindicales de Brasil exigieron este sábado que el presidente Jair Bolsonaro sea sometido a un juicio político destituyente. Incluso alguno grupos más conservadores y pro gobierno también quitaron su apoyo.