Trump da marcha atrás y firma el plan de estímulo tras bloquearlo durante días Camila Rubio diciembre 29, 2020 POLÍTICA Tras días amenazando con no firmar el colosal proyecto de ley aprobado in extremis por el Congreso con amplio consenso de los dos partidos que contempla ayudas por valor de 900.000 millones de dólares (más de 736.000 euros) para familias y empresas, el presidente saliente de Estados Unidos dio marcha atrás este domingo y decidió estampar su firma en este nuevo plan de rescate a la economía. Donald Trump señaló en un comunicado que firmaba la legislación “con un mensaje rotundo que deja claro al Congreso que los puntos de la ley que suponen un derroche tienen que retirarse” del texto. El domingo por la tarde, el republicano prometía desde su cuenta de Twitter “buenas noticias” sobre el gran plan de ayuda que llegó a calificar de “vergüenza”. En un primer momento, el mandatario no dio más detalles mientras millones de estadounidenses vivían pendientes de la fecha límite para que no se cerrase el Gobierno, que se hacía efectiva el lunes por la noche, y se quedasen sin sus subsidios de desempleo o no cobrase sus sueldos si trabajaban para el Estado. Fuentes citadas por los medios estadounidenses declaraban que a lo largo de toda la semana, mientras descansaba en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, el presidente había estado continuamente cambiando de opinión sobre si firmar o no el proyecto de ley. Según estas mismas fuentes, se desconoce qué hizo cambiar de opinión al mandatario a última hora de este domingo. Lo que sí es un hecho es que ha estado bajo una fuerte presión por parte de los republicanos para que claudicara. “Creo que, cuando deje el cargo, quiere ser recordado por abogar por cheques más altos, pero el peligro es que lo recordarán por el caos, la miseria y el comportamiento errático”, consideró el senador republicano por Pensilvania, Pat Toomey durante una entrevista para la cadena FOX. El texto que finalmente ha ratificado Trump incluye ayudas económicas de hasta 600 dólares, en función de los ingresos del destinatario, y un bono por desempleo de hasta 300 dólares por semana, así como una partida de 284.000 millones de dólares para que las empresas y negocios afectados por la crisis de la pandemia puedan hacer frente a los alquileres y a la nómina de sus trabajadores. El documento aprobado el pasado lunes, de 5.593 páginas, contempla 900.000 millones de dólares en ayudas urgentes a familias y empresas golpeadas por los efectos de la crisis sanitaria, además de garantizar la financiación del Gobierno hasta el mes de septiembre y supone un desembolso total de 2,3 billones de dólares. El proyecto de ley contó con un amplio apoyo de los dos partidos en el Capitolio, aprobándose en la Cámara de Representantes por 359 a 53 votos y en el Senado, de mayoría republicana, por 92 a 6. Durante todo el tiempo que duraron las negociaciones, Trump se mantuvo en silencio, ajeno a la crisis que vive el país. Este domingo a las 19.40 horas de la costa Este de EE.UU. el presidente firmaba el monumental paquete de ayuda. Si el mandatario no hubiera estampado su rúbrica sobre la ley, el Gobierno habría entrado en la fase conocida como shut down, se hubiera literalmente cerrado ante la inacción del dignatario. La semana ha sido una auténtica montaña rusa, algo a lo que el presidente ya tiene acostumbrada a la nación. Al día siguiente de que el Congreso pasara de forma abrumadora la ley, Trump hacía público un vídeo en el que pedía al Congreso que enmendase el proyecto de ley y aumentase “los ridículamente bajos 600 dólares a 2.000, o 4.000 dólares por pareja”, en referencia al dinero que deberían recibir en concepto de ayuda frente a la pandemia millones de estadounidenses. “Pido también al Congreso que se deshaga inmediatamente de los elementos derrochadores e innecesarios de esta legislación, y que me envíe un proyecto de ley apropiado, o si no la próxima Administración tendrá que sacar un paquete de alivio por la covid, y quizás esa Administración seré yo”, dijo Trump, en un vídeo de 35 segundos, en el que, además de lanzar un órdago contra la ley seguía viviendo ajeno a la realidad de haber perdido las elecciones y dejaba clara su esperanza de permanecer en la Casa Blanca a partir del 20 de enero, ya que se niega a admitir la derrota sufrida el pasado 3 de noviembre en las urnas frente al demócrata Joe Biden. Además del caos que hubiera supuesto el cierre del Gobierno a partir de la madrugada del martes, más de 14 millones de personas no hubieran podido cobrar el seguro de desempleo y no se hubiera mandado ningún cheque de ayuda. No firmar la ley también hubiera significado congelar el nuevo dinero aprobado para la distribución de las vacunas contra el coronavirus, las aerolíneas, las pequeñas empresas y las ayudas a los colegios, entre otras cosas.