Rusia bombardeó y dañó gravemente un hospital infantil y una sala de maternidad en la asediada ciudad portuaria de Mariupol, según informaron este miércoles las autoridades ucranianas, mientras miles de civiles intentaban escapar de los bombardeos en las principales ciudades del país a través de corredores humanitarios.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, escribió en la red social Twitter que había “gente, niños bajo los restos” del hospital y calificó el ataque de “atrocidad”. Las autoridades dijeron que estaban tratando de establecer cuántas personas habían muerto.

El Gobierno municipal de Mariupol dijo que el daño es “colosal”. Hasta ahora se han reportado 18 ataques a hospitales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con un saldo de 10 muertos y 16 heridos.

El vicealcalde de Mariupol, Sergei Orlov, dijo que al menos 1,207 muertes de civiles habían sido confirmadas hasta este martes debido a los bombardeos y ataques rusos, aunque estimó que la cifra real debía ser mucho mayor.

“Realmente no podemos calcular cuántas muertes tenemos, quiero decir tres o cuatro veces más. Ni siquiera podemos contar cuántas personas en las calles han muerto por bombardeos y artillería”, dijo Orlov en entrevista con la cadena CNN.

Las autoridades han tenido dificultades para procesar la acumulación de tantos cadáveres que se han apilado en las morgues, calles y casas particulares. Por ello, los trabajadores de la ciudad han cavado una fosa común de unas 27 yardas de largo (25 metros) en las afueras de la ciudad.

Algunos fueron llevados allí envueltos en bolsas de plástico o alfombras. Más de 40 fueron enterrados allí el martes y en lo que va del miércoles alrededor de 30 han sido depositados sin mayor ceremonia. Entre los fallecidos hay víctimas de los bombardeos, pero también civiles que murieron por enfermedades y causas naturales.