La pandemia de Covid-19 propagó consigo un mal hábito alimentario que podría afectar a la salud de forma más grave de lo que se piensa: el consumo de comida chatarra.

Durante los meses de confinamiento, distintos especialistas han señalado en numerosas ocasiones que alimentarse precariamente con comida procesada aumenta la vulnerabilidad frente al Covid-19. Se obtienen menos nutrientes, las defensas bajan y los índices de obesidad se disparan, como ha ocurrido en distintas partes del mundo.

Algunos países están desarrollando medidas para poner freno a esta realidad. Una de las últimas iniciativas más sonadas es la de  Reino Unido: planea prohibir totalmente la publicidad digital de comida basura.

El país es uno de los que enfrenta una creciente crisis de obesidad desde que inició el aislamiento social. Investigaciones también demostraron que uno de cada tres niños que terminan la escuela primaria tiene sobrepeso o es obeso.

Las nuevas reglas afectarían a los alimentos que contienen muchas grasas, alto contenido de sal y muchos azúcares. Si se implementan, serán las restricciones de marketing digital más duras del mundo. Pero, ¿será suficiente?

La Universidad de Carolina del Norte publicó un estudio donde demostró que el consumo de comida rápida aumentó durante los confinamientos que se realizaron en Estados Unidos por Covid-19. En ese mismo informe se señala que las personas obesas tienen un 113% más de probabilidades de ser hospitalizadas por el virus. Además, se advierte que tienen un 48% más de riesgo de muerte.

Durante estos meses, muchas cadenas de comida rápida en ese país aumentaron sus ventas, como es el caso de Domino’s Pizza: subieron un 16% en el segundo trimestre de 2020. Además, en la primera mitad del año la marca generó 240 millones de dólares en ingresos netos, un 30% más que en 2019.

En paralelo, un estudio realizado por la Universidad de la Frontera (Chile) demostró que durante la pandemia cambiaron los hábitos alimentarios de los chilenos. Con los resultados se comprobó que tomaron más alcohol y consumieron más comida procesada que en otros años.

Los investigadores señalaron que los cambios en patrones alimentarios pueden ser de causa multifactorial. El largo tiempo de estadía en los hogares o la difícil conciliación familiar con el teletrabajo provoca cambios en la rutina diaria, aumento del estrés, ansiedad y del aburrimiento. «Esto se asocia a un mayor deseo de consumir alimentos de baja calidad nutricional o considerados como comida chatarra», señala el documento.

Al igual que Reino Unido, otros países están tomando medidas. El estado de Oaxaca, en México, se convirtió este verano en el primero del país en prohibir la venta de comida basura y bebidas azucaradas a los niños. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en México el 73% de los mexicanos tiene sobrepeso. De nuevo: ¿bastará esta medida para frenar la pandemia de obesidad en el país latinoamericano?

La Organización Panamericana de la Salud indicó que las personas con una mala alimentación son propensas a contraer la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus. La institución indicó que una dieta basada en bebidas azucaradas y comida rápida debilita nuestro sistema inmunológico; una dieta saludable con base en verduras, frutas, granos enteros, fortalece este sistema.

En un comunicado que difundió el gobierno de México, se indica que «el proceso inflamatorio inducido por la obesidad y los alimentos poco saludables podría hacer que las personas fueran más vulnerables al Covid-19». También se señala que esas patologías se desarrollan cuando se consumen muchas bebidas azucaradas.

La Organización Mundial de la Salud también recomendó mantener una alimentación sana y diversa durante la pandemia, evitar comer cosas crudas o poco cocinadas e higienizar los productos alimenticios que se compran para evitar el contagio del virus.

Y tú, ¿comes peor desde que inició la pandemia? ¿Crees que el confinamiento dificulta tener una dieta más balanceada?