El emprendedor estadounidense Elon Musk lanzó en la tarde del miércoles 10 de diciembre, el último prototipo de su vehículo Starship.

Con el nombre en clave SN8, el cohete sin tripulación despegó de las instalaciones de investigación y desarrollo privadas de SpaceX de Boca Chica, en Texas, en lo que se había anunciado como un breve vuelo a 12,5 km de altura.

El vehículo, de 50 metros de alto, acabó estrellándose y explotando al aterrizar, pero Musk se mostró encantado de lo que había conseguido en la prueba.

Antes del vuelo, el multimillonario tecnológico había rebajado las expectativas y advirtió a sus seguidores que era probable que ocurriera algún percance.

Starship pretende poner en órbita a personas y cargamento y Musk también prevé que el vehículo viaje a la Luna y Marte.

El director ejecutivo de SpaceX elogió a su equipo y agregó que la demostración había adquirido «todos los datos» que necesitaban.

«¡Marte, aquí vamos!» tuiteó Musk.

En Boca Chica han diseñado una línea de prototipos cada vez más complejos. La filosofía es probar cada iteración hasta el fallo. Algunas veces de forma explosiva.

SN8 fue el primero de esos prototipos en intentar un vuelo suborbital a gran altura.

El plan era probar algunas maniobras que imitan una hipotética reentrada a la atmósfera, incluyendo un giro hasta ponerse en posición vertical justo antes del aterrizaje.

Mucho de esto se logró: un lanzamiento limpio desde la plataforma, un ascenso constante y un descenso en horizontal. Pero cuando la Starship giró en vertical las cosas empezaron a ir mal.

El vehículo se aproximó a su plataforma de despegue demasiado rápido y acabó explotando a causa del impacto.

«La presión del tanque del cabezal de combustible fue baja durante la quema de aterrizaje, lo que provocó que la velocidad de toma de contacto fuera alta y ‘RUD'» explicó Musk en Twitter.

«RUD» son las siglas en inglés de «desmontaje rápido no programado». Estrellarse, en otras palabras.

Musk moverá ficha rápido. De hecho, ya tiene otros prototipos listos para reemplazar al SN8 en Boca Chica.

Visualmente, SN8 se veía bastante diferente de los vehículos de prueba anteriores.

El nuevo vehículo recibió tres de los últimos motores Raptor que queman metano de SpaceX, un cono de morro y superficies de control aerodinámico como las grandes aletas en la parte superior y la base.

El Starship se lanzará sobre un refuerzo llamado Super Heavy.

Esto contará con quizás 28 Raptors, que producirán más de 70 meganewtons de empuje.

Eso es mucho más que la potencia del poderoso cohete Apollo Saturno V.

Ambas partes del nuevo sistema SpaceX, Starship y Super Heavy Booster, tendrán una altura de 118 metros en la plataforma de lanzamiento.

Los dos elementos están siendo diseñados para ser completamente reutilizables, haciendo aterrizajes propulsivos al final de cada misión.

En junio de este año, Musk declaró que Starship era ahora su prioridad número uno, más allá de los cohetes Falcon que vuelan habitualmente para compañías de satélites, la Fuerza Aérea de EE.UU. y la NASA (la agencia espacial estadounidense).

La NASA le ha pedido a Musk que examine la posibilidad de aterrizar una nave espacial en la superficie lunar en los próximos años.

Sin embargo, el emprendedor tiene en mente un objetivo más alto y un cronograma más rápido.

Al recibir un premio la semana pasada del grupo editorial digital alemán Axel Springer SE, dijo que su objetivo es llevar gente a Marte en los próximos cuatro a seis años.

Musk es famoso por sus plazos agresivos y quizás demasiado optimistas.

Pero con frecuencia alcanza sus objetivos y suele demostrar a sus críticos que están equivocados.