Una serie de malentendidos, una historia universal, personajes entrañables y una protagonista excluyente. A veces, para contar una trama que haga historia no hace falta correrse mucho de la barrera de los clásicos. Algo de eso ocurrió conLa niñera (The nanny), una de las sitcoms más recordadas de los ‘90 que se estrenó hace 30 años. Como ocurre en estos casos, los diálogos se recuerdan de memoria, las repeticiones se suceden y nunca hartan y el contenido se reinventa en la era de los memes. Y como también es frecuente, es difícil que sus protagonistas vuelvan a brillar con la misma estrella.

Nacida en Queens, a los 16 años Fran Drescher ya había sido elegida como Miss New York Teenager, y luego de culminar sus estudios en el Hillcrest High School, comenzó la carrera de cosmética y peluquería. Tras obtener la licencia, abrió su propio salón de belleza, aunque su sueño era otro y junto con su novio, Peter Marc Jacobson, se mudó a California en busca del sueño de convertirse en una actriz.

La vida de Francomienza a encaminarse cuando en 1977 consigue un papel menor en el clásico Saturday night fever. Así, su rostro comienza a hacerse conocido en la pantalla grande, aunque en la TV registra apenas algún esporádico papel, incluido uno en la serie ALF, era lo que tenía a su alcance.

Ya en el año 1991, tuvo un encuentro fortuito en un vuelo con Jeff Sagansky, quien en ese momento ostentaba el cargo de presidente de la cadena televisiva CBS. Este hecho resultó ser un punto de inflexión en su vida. Con su característico desenfado y espontaneidad, logró captar la atención y ganarse la confianza de este destacado hombre de negocios. No solo consiguió hacerlo reír, sino que también aprovechó la oportunidad para solicitarle, con un tono de cortesía, que considerara revisar un proyecto de sitcom que ella y su esposo habían desarrollado, al frente de la productora High School Sweethearts -justamente, Amores de bachillerato-.

La singular personalidad de Fran y su manera directa de abordar a Sagansky despertaron la curiosidad del ejecutivo. Intrigado, y sin indagar demasiado en detalles, accedió a la petición. Se comprometió a tener un encuentro en su oficina para discutir el proyecto una vez que ambos concluyeran sus respectivos viajes. La vida de la protagonista de la ficción que se le presentó al directivo, a la que se llamó The Nanny, no distaba tanto de la vida real de Drescher.

Fran Fine, una mujer de ascendencia judía-americana, atraviesa un momento crucial en su vida cuando su novio, quien también es su jefe, decide terminar no solo su relación amorosa con ella, sino también la laboral. Enfrentando esta adversidad, Fran se embarca en una nueva aventura profesional, dedicándose a la venta de productos cosméticos denominados Sombras del Oriente. En su recorrido de ventas puerta a puerta, el destino la lleva a la residencia de Maxwell Sheffield (Charles Shaughnessy), un viudo y acaudalado productor de teatro británico.

Debido a un malentendido, es confundida con una candidata para el puesto de niñera y la contratan a prueba para cuidar a los tres hijos: Maggie (Nicholle Tom), Brighton (Benjamin Salisbury) y Grace (Madeline Zima).

Al principio, el dueño de casa no parece completamente convencido con la presencia de la nueva empleada, pero con el tiempo ella demuestra ser exactamente lo que él y su familia necesitan. Gracias a su enfoque poco convencional en la crianza, su honestidad directa y su lógica proveniente de Queens,Fran desempeña un papel crucial en transformar a Maxwell y sus hijos en una familia más feliz y saludable.

Por su excepcional desempeño, fue merecedora de varias nominaciones a prestigiosos premios en el ámbito de la actuación televisiva. Fue nominada al premio Emmy en la categoría de Mejor actriz – Serie de comedia para los años 1996 y 1997, y también recibió nominaciones para el premio Globo de Oro en la categoría de Mejor actriz de serie de televisión – Comedia o musical durante los mismos años.

Culminada la serie, Fran continuó siendo parte del medio en ficciones en la pantalla grande, en tanto que en televisión apareció recién en 2004 en un capítulo de la serie Strong Medicine. Y desde 2012, es presidenta del gremio de actores SAG-AFTRA y se destacó por su actividad durante la reciente huelga de actores de Hollywood que duró 118 días y que culminó los primeros días de noviembre con la firma de un nuevo acuerdo provisional entre el sindicato y los principales estudios cinematográficos.

La actriz de 66 años ganó notoriedad liderando la lucha contra los cambios que sufre la industria cinematográfica actualmente debido al streaming y la amenaza de la inteligencia artificial. Ahora, lo que Drescher busca es encontrar un espacio en el que pueda aprovechar su renovado prestigio para hacer el bien de manera más amplia. Antes de su trabajo sindical, la actriz acumulaba experiencia como activista por causas como el abuso a las mujeres o la prevención del cáncer uterino, cuestiones que vivió en carne propia.